Parece que en los últimos años se ha declarado la guerra al sabor dulce. No solo es objeto de polémica el consumo de azúcares añadidos y libres, los edulcorantes también llevan tiempo estando el punto de mira. Una solución que prometía mantener el dulzor pero sin aportar calorías, o, al menos, en una cantidad menor que el azúcar.

A la larga lista de acusaciones que actualmente rondan por su cabeza, como su relación con la obesidad a pesar de ser 0 calorías, o su capacidad de generar alteraciones la flora intestinal, generando disbiosis, se suma una última publicación de la revista PLOS Medicine que los relaciona con un mayor riesgo de sufrir cáncer.

Esta enfermedad son palabras mayores. Según el informe 'Las cifras del cáncer en España' publicado este año por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo. Se calcula que solo en 2020 se diagnosticaron en el mundo aproximadamente 18,1 millones nuevos de cáncer. Y la previsión tampoco es esperanzadora: se calcula que en los siguientes 20 años los casos podrían aumentar hasta los 27 millones de nuevos casos.

Si tenemos en cuenta que millones de personas consumen productos alimentarios y bebidas que contienen edulcorantes artificiales, de confirmarse esta teoría, estaríamos ante un problema que necesitaría atajarse rápidamente.

El tema de los edulcorantes no viene de nuevas. Su seguridad lleva años siendo objetivo de debate y, aunque si están aprobados para su uso en Europa significa que la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) ha determinado que la evidencia científica que existe es suficiente para que se sigan consumiendo, las investigaciones con ellos siguen desarrollándose para comprobar o rechazar esta teoría.

El estudio en cuestión que ha puesto en el candelero de nuevo este tema al que hemos hecho referencia se basa en datos de más de 100.000 adultos de Francia, los cuales desde 2009 se inscriben voluntariamente en una web donde declaran su historial médico, datos sociodemográficos, su dieta, estilo de vida y salud.

Con estos datos los investigadores estudiaron la ingesta de edulcorantes artificiales y los diagnósticos de cáncer durante estos años de seguimiento, haciendo cálculos estadísticos y buscando asociaciones entre ambos. Según los resultados de la investigación, las personas que habían consumido edulcorantes en mayores cantidades, especialmente aspartamo y acesulfamo K, tendrían mayor riesgo de padecer cáncer en general comparados con aquellos participantes del estudio que no los consumían. De hecho, se observó que los riesgos más altos eran para el cáncer de mama y los cánceres relacionados con la obesidad.

¿Podemos decir entonces que consumir edulcorantes como el aspartamo y acesulfamo K es sinónimo de tener más riesgo de padecer cáncer? No es tan fácil. Los propios investigadores dicen en su estudio que los resultados tienen limitaciones y que son necesarios más estudios para comprar y esta relación que han encontrado es consistente.

Principalmente estamos hablando de un estudio observacional. Miramos qué come la gente y lo relacionamos con cuántas y qué tipo de enfermedades tienen. Pero este tipo de análisis de resultados sirve para descubrir líneas que seguir investigando, no para concluir nada en firme. Porque puede estar escapándose a nuestra visión factores que sean los verdaderos causantes.

Por ejemplo, habría que hacerse la pregunta de qué alimentos son los que, normalmente, contienen edulcorantes. La respuesta es sencilla: la gran mayoría son ultraprocesados. Alimentos ricos en azúcares libres, grasas de mala calidad e ingredientes refinados, altos en sal y pobres en fibra, por ejemplo. Entonces, ¿puede ser que no sea tanto el edulcorante como el alimento en sí?

En conclusión, aún no podemos dar la voz de alarma, pero si fijarnos en lo que estamos comiendo, que, fundamentalmente, se resumen en la misma gran recomendación de siempre: llevar una dieta a base de verduras, alimentos frescos y reducir los alimentos ultraprocesados. Nada nuevo en el mundo de la nutrición.