Aunque en nutrición lo más importante no es “engordar” o “adelgazar”, si no lo sano que estamos como resultado de lo saludable que comemos, es verdad que en esta época es frecuente ver en los pacientes que el número de su báscula ha aumentado, y no precisamente porque haya adquirido más masa muscular porque haya comenzado una rutina de ejercicios de fuerza.

Las comidas fuera de casa, los chiringuitos, los helados de media tarde o cuando se tercien, y, por supuesto, las bebidas que consumimos en esta época como una forma de paliar el calor pueden ser grandes enemigos a la hora de mantener la cantidad de grasa en nuestro tejido adiposo a raya. Y aunque con este artículo no quiero decir que no podamos disfrutar en verano, y que no pasa nada por relajarnos un poco con nuestro plan de alimentación, el exceso continuado también es motivo de preocupación cuando nos vertemos demasiado al placer.

Te estás bebiendo las calorías

Cuando pensamos en calorías y en bajar o subir de peso siempre nos viene a la cabeza qué comemos, pero pocas veces qué bebemos. Y es tan importante o más como lo primero, ya que, salvo el agua y alguna que otra excepción, los líquidos también pueden venir con calorías y con nutrientes (no todo va a ser “malo”).

En plena ola de calor, la hidratación es fundamental y el aporte hídrico es una clave importante para evitar golpes de calor y la deshidratación. Pero ni todas las bebidas hidratan igual, de hecho algunas, como las muy ricas en cafeína o en azúcares, deshidratan más que hidratan, ni todas son las más indicadas para mantener nuestro balance de calorías en su justa medida, especialmente si con la comida también nos estamos “pasando”.

¿Cuáles son las bebidas que más engordan?

Aunque la palabra “engordar” no es santo de mi devoción, es verdad que cuando miras qué busca la gente en Internet esta palabra está siempre asociada a comida y bebida. Aquí vamos a ver las bebidas que son las más consumidas en verano y que más calorías aportan, muchas veces vacías, es decir, sin que los acompañen nutrientes de interés para nuestro cuerpo y salud.

Horchata

Fundamentalmente la que compramos en el supermercado, que viene bien cargada de azúcares, puede ser una fuente de calorías importante para el total de la dieta. De media, puede llegar a aportar hasta 230 kilocalorías en una ración de 33 cl (aproximadamente una lata comercial o vaso y medio).

Esta bebida se obtiene macerando las chufas y mezclada posteriormente con agua y azúcar. La cantidad de azúcar es la clave para elegir una horchata más o menos saludable, por lo que intentemos siempre consumirla artesana o casera, y que no se hayan pasado de azúcares al elaborarla. Como ha reconocido la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) hace poco, cuanta menos, mejor.

Además, podremos disfrutar de su aporte en ácido linoleico y antioxidantes, ya que, como hemos dicho, no todo son calorías.

Mojito

Otro clásico del verano y otro claro ejemplo que mezcla dos de las “bombas” de calorías del verano: alcohol y azúcar. Con el alcohol, basta con elegir o mojitos sin alcohol, o, al menos, que no se excedan en cantidad de ron. Con el azúcar, en este caso moreno y no por ello más saludable porque la cantidad de nutrientes que dicen que aporta es mínimo e insignificante, lo mismo que en el caso de la horchata: cuanto menos mejor.

De media podemos calcular unas 200 kilocalorías por cada vaso. Puede que mentalmente hagamos la comparativa con la horchata, pero no deberíamos. Por un motivo claro, en este caso, las calorías son totalmente vacías, por mucha hierbabuena que le añadan, nutrientes, lo que se dice nutrientes, más bien pocos o ninguno.

Granizado

Nada mejor para refrescarse que el hielo saborizado con zumos y azúcares, ¿no? Parece un buen plan hasta que ves que, de fruta, poco, y de azúcares, casi un 12% del total de lo que nos bebemos. Es decir, mucho tirando a demasiado. Y es que esos vasos de colores llamativos y decorados con sombrillitas puede llegar a tener entre 150 y 200 kilocalorías por cada vaso.

Es decir, agua con azúcar y sabor. Y por mucho que nos insistan que es artesano, que lo han hecho ellos con zumo de frutas, la verdad que zumo poco, y nutrientes de la fruta, menos. Está bien para calmar (momentáneamente) el calor, pero mejor elegir las opciones sin azúcar. O directamente comernos la fruta y aprovechar todas sus propiedades.

Tinto de verano

Su propio nombre lo dice, “de verano”. Una de las bebidas, junto con la cerveza, más consumida estos días en bares, terrazas, chiringuitos de playa o cualquier sitio al aire libre (o ni siquiera). Una mezcla de vino con gaseosa o refresco de limón que es dulce, refrescante y con alcohol.

Como puedes ya deducir a estas alturas del artículo, más de lo mismo: alcohol (que no hidrata, si no que deshidrata) y azúcares (que además de calorías, también, en exceso, puede llevar deshidratación). Es decir, nada recomendable combatir una ola de calor con ello. ¿Calorías? Pues entre 120 y 250 kilocalorías por cada 330 ml. Nada despreciable sobre todo cuando pensamos: ¿de verdad solo te tomas un vaso?

Al final, para el calor, lo mejor siempre va a ser el agua. Ni cerveza, ni vino ni zumos. Agua, no hay nada mejor para reponer el agua que perdemos al sudar o al orinar, incluso al respirar. Pero claro, ni está tan dulce, ni se fotografía tan bien… Una verdadera pena que la olvidemos tanto cada verano.