En esta nueva política en la que estamos metidos, hay una alcaldesa en O Porriño que llama "cabrón" al de la oposición, un diputado nacional de Ciudadanos que llamó recientemente "lameculos" a los del PSC y un concejal de cultura, sí, sí, de cultura, que se pregunta si la portavoz parlamentaria de otra formación política tiene "un pene atravesado en la garganta".

Debió de haber un momento en la historia en el que a la política accedían los mejores. Y éste no es. Ahora, tenemos que conformarnos con el edil de cultura de la localidad valenciana de Ador, vinculado en el pasado al PSOE y ahora miembro de una coalición en la que figura Compromís. Ángel Mascarell, que debió de conseguir la concejalía en una tómbola, se despertó el pasado jueves y no tuvo mejor ocurrencia que poner en su Facebook una imagen de Cayetana Álvarez de Toledo, con el cuello en primer plano, y añadir el siguiente pie de foto: "¿Soy el único que ve que esta señora tiene un pene con cojones y todo atravesado en la garganta?". El rechazo fue unánime, claro. Mascarell fue el único que no vio que se le iba a atravesar el comentario.

Es inaceptable este nivel en nuestros representantes públicos. Se puede rebatir el discurso del adversario de muchas otras maneras bastante más inteligentes. La reacción del concejal ante las críticas estuvo, no esperábamos más, a la altura de su comentario sobre el pene con cojones. Primero, acusó a la oposición del municipio de tener "la piel muy sensible" y de crear la polémica para "promocionarse políticamente". "A ellos –apostilló en la red social- el pueblo les importa una mierda". La duda es cuánto le importa a él, que es quien representa a Ador en el ámbito de la cultura. Después, no contento con todo esto, añadió que cuando Cayetana Álvarez de Toledo "maltrata a las víctimas de la violencia de género", en el PP municipal "callan como ratas". Seguía calentito el concejal a esa hora. Al cabo de unas horas, ya sí, Mascarell limpió su muro de Facebook y lo explicó así: "Si he ofendido a alguien, pido disculpas y lo borro". En el caso remoto, hipotético de que haya ofendido a alguien… Se ve que todavía no lo tenía claro o realmente, estaba pidiendo perdón con la boca pequeña. Este concejal no se merece el cargo que ostenta.

Existe un mundo por ahí afuera, en el que los políticos dimiten por asuntos menores. En España, un país en el que llevamos años repitiendo elecciones por la incapacidad de nuestros dirigentes para alcanzar acuerdos de mínimos, tenemos que encima pagarles el sueldo a individuos que hacen política de caca, culo, pedo, pis. Mira que se pueden decir cosas de Cayetana Álvarez de Toledo. Incluso en su propio partido no genera ningún entusiasmo la portavoz parlamentaria. Pero hombre, un poquito de nivel. Lo único positivo de rebajar la crítica política a la altura del fango, aludiendo por ejemplo a si alguien tiene o no un pene con cojones atravesado en la garganta, es que nos puede parecer que todos nuestros dirigentes, por un momento, por un minuto, por un instante, están, en comparación con el concejal de Ador, a la altura del mismísimo Churchill.