A poco menos de una semana para que se inicie en el Tribunal de Corts de Andorra el macrojuicio por el llamado caso BPA (Banca Privada d'Andorra), ni los jueces ni la Fiscalía saben si podrán manejar todas las pruebas o indicios contra los imputados que se han ido acumulando durante estos cuatro años de instrucción sumarial. No saben si las podrán ponderar a la hora de plasmar una eventual sentencia y, ni siquiera, si esas pruebas o indicios son tales.

El caso BPA nace por la denuncia presentada por el Tesosoro Nortemericano ante el gobierno de Andorra, según la cual el BPA era "una maquinaria para el blanqueo de capitales de diversas organizaciones delictivas internacionales". El gobierno andorrano puso a la Fiscalía a trabajar sobre ello y ordenó la intervención fulminante del banco. Los antiguos gestores del BPA han denunciado al Tesoro Norteamericano por denuncia falsa ante los tribunales de EEUU.

Gao Ping y Andorra

En círculos próximos a la investigación, se considera muy relevante y de especial afectación para el desenlace del caso, lo que está sucediendo en la Audiencia Nacional, en concreto, en el sumario del llamado 'Caso Emperador', sobre una presunta red de Blanqueo de dinero y corrupción atribuida a la llamada mafia china que, según la Fiscalía, dirigía el imputado, Gao Ping.

El grueso de la instrucción del caso BPA se ha fundamentado sobre la base de lo declarado por el hombre de los maletines de Gao Ping, el intermediario, Rafael Pallardó, quien reconoció haber evadido millones de euros procedentes del entramado empresarial de Ping en España, a través de cuentas creadas ad hoc en Andorra, en su mayoría en la Banca Privada.

Sin delito, no hay blanqueo

En el momento de los hechos, en Andorra no existía el delito fiscal, por lo tanto, esas conductas que en España eran delito, no lo eran en el país de los Pirineos. Sólo podría considerarse punible ese traslado opaco de dinero de la supuesta mafia china si éste procediese de la comisión de algún delito, por ejemplo, narcotráfico, sobornos o corrupción.

'Emperador' se desinfla

En Madrid, y a medida que avanza el caso, se desvanecen las líneas de investigación que sitúan el dinero evadido por la trama de Gao Ping como procedente de otros delitos que no corresponden con la mera evasión fiscal. Sin ese "delito antecedente" que justifique la comisión del de blanqueo en Andorra, difícilmente se puede sustentar la acusación contra los 25 imputados en el Tribunal de Corts, para quienes el Fiscal General de Andorra, Albert Alberca, pide más de 125 años de cárcel y multas que superan, conjuntamente, los 800 millones de euros.

Nulidad de pruebas

Sucede que, al margen de esto, como principal argumento de la defensa, el Tribunal Constitucional andorrano ha declarado nulas una serie de llamadas telefónicas de uno de los directivos de BPA que no está procesado en este primer juicio, es decir, los magistrados que juzgarán a la BPA no podrán tenerlas en cuenta a la hora de dictar una sentencia, y éste era un material incriminatorio que la Fiscalía había considerado clave. Pero no solo eso, los abogados se han afanado en recurrir ante el magno tribunal andorrano para hacer extensiva a otras muchas pruebas (registros domiciliarios en España, apuntes contables, registros informáticos, etc.) la ilicitud de la munición acusatoria ("si esto es nulo, lo otro también") en la que la Fiscalía ha sustentado la imputación y que, entre otras cosas, llevaron a la juez instructora, Canolich Mignorance, a ordenar el ingreso en prisión preventiva, durante casi dos años, del exCEO del banco, Joan Pau Miquel.

¿Habrá juicio?

Así las cosas, el día 16 de septiembre, el presidente de la sala, el magistrado catalán, Enric Anglada, tiene previsto empezar la vista sin saber si hay caso, porque como el tribunal constitucional acepte el nuevo recurso de la defensa y anule todas las pruebas solicitadas, "lo del caso BPA quedará sin contedido", ha explicado una fuente próxima al Tribunal de Corts.

El posible archivo del caso BPA sería un escándalo mayúsculo, como lo fue la intervención del banco por parte del gobierno andorrano con motivo de la apertura de la investigación.

Rendimiento de cuentas

El Tribunal de Corts anda, pues, desconcertado, sin saber si el macrojuicio de BPA, se convertirá en un microjuicio o en una pantomima.

El caso BPA hizo temblar los cimientos de un país. Transcurridos seis años y medio, los acusados han dejado de temblar y el temblor, ahora, parece haberse trasladado a los cuerpos de otros, aquellos que tendrán que rendir cuentas por lo que se hizo y sobre cómo se hizo.