Aguirre tenía ranas en su ejecutivo y Ayuso tiene moscas en su familia. La fauna que se alimenta con detritus cerca del PP daría mucho trabajo a Linneo. No sé que tiene Isabel Díaz Ayuso que a su alrededor brotan todos los familiares para enriquecerse o hacer negocios sospechosos chupando y libando de los recursos públicos cual fruta en descomposición. Las moscas que pululan en la fruta podrida cuando comienza a descomponerse viven alrededor de Isabel Díaz Ayuso y actúan con prácticas amorales de manera recurrente. El hábito comienza a crear un patrón y desnuda un modus operandi familiar. Estar emparentado o vinculado emocionalmente a la presidenta de la Comunidad de Madrid provoca un súbito enriquecimiento mediante el uso de malas artes que ya empieza a escamar. La presidenta, que tan largo tiene el verbo cuando afecta al adversario, ha optado por volver a victimizarse para que los jorgebustos del panorama mediática acudan rápidamente a librarla del entuerto.

Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, simuló facturas por servicios no prestados a través de empresas pantallas para evadir el pago de impuestos por un total de 350.951 euros en los ejercicios de 2020 y 2021. El supuesto fraude se produjo, al menos en la presentación del segundo ejercicio, cuando ya era pareja sentimental de la presidenta. El principal cliente de las empresas del novio de Isabel Díaz Ayuso a las que Hacienda y la Fiscalía imputan el delito fiscal es "Quirón Salud" que gestiona cuatro concesiones de la Comunidad de Madrid: la Fundación Jiménez Díaz, el Hospital Rey Juan Carlos, el Infanta Elena y el Hospital General de Villalba. La consejera de Sanidad, Fátima Matute, fue fichada por Isabel Díaz Ayuso del grupo Quirón Salud.

Es fácil explicar con este caso el virtuoso negocio de la colaboración público-privada y en qué consiste. El dinero público que Isabel Díaz Ayuso otorga a Quirón Salud en concesiones a hospitales acaba en la empresa de su novio ocultando los beneficios defraudando a Hacienda con facturas falsas y empresas pantallas que le vuelve a Isabel Díaz Ayuso en forma de un pisazo de un millón de euros en Chamberí que se convierte en su domicilio habitual. Sí, tiene que dar explicaciones más allá de hacerse la dolorosa. Isabel Díaz Ayuso vive en un piso de un millón de euros con Alberto González Amador así que es preceptivo que explique cómo es posible con el salario oficial que tiene acceder a un piso de ese importe y si está viviendo en un piso pagado con dinero proveniente del fraude fiscal. Según las informaciones de eldiario.es, el piso está a nombre de su pareja y por lo tanto es obligado preguntarse si vive de prestado con el dinero presuntamente defraudado a todos los madrileños.

En Madrid es más difícil encontrarse con un familiar de Isabel Díaz Ayuso que se gane la vida sin contratos de la sanidad madrileña, facturas falsas y recursos públicos que con tu expareja andando por la calle. ¿No hay nadie en su entorno que se gane la vida de manera sencilla? ¿Cobrando una nómina en el sector privado? ¿Siendo autónomo? ¿Con un pequeño negocio que no viva del dinero público? ¿Sin ser investigado por la Fiscalía o Hacienda? Qué extraña atracción existe entre ese tipo de casta que solo es capaz de vivir con raras maniobras contables y empresariales que acaban en la fiscalía o provocando un escándalo por la escasa ética de sus actividades.

Isabel Ayuso Puente, madre de Isabel Díaz Ayuso, como administradora única de Prhoinsa logró adjudicaciones de la administración que preside su hija desde que ella es presidenta por más de un millón de euros. Tomás Díaz Ayuso, hermano de Isabel Díaz Ayuso, logró un beneficio de 234.000 euros como comisionista de unos contratos para la venta de mascarillas a la administración de la que es presidenta su hermana. La empresa del padre de Isabel Díaz Ayuso dejó sin pagar un préstamo de 311.000 euros por parte de Avalmadrid que la empresa semipública no reclamó en ocho años dejando tiempo para que el patrimonio que Isabel Díaz Ayuso pudo heredar quedara sin posibilidad de embargo. El préstamo de 400.000 euros que se le concedió al padre de Ayuso cuando ella ya trabajaba en el PP lo hizo por una nave de 26.000 euro y nunca fue devuelto. Ahora el novio, sí. No hay nadie que se libre en su familia. No sé si a Ayuso le gusta la fruta, pero la rodean muchas moscas.