Esta ola de calor que parece no tener fin azota a España sin piedad desde el 10 de julio. Aire caliente y seco, sofoco, sudor y noches sin poder conciliar el sueño son algunas de las características que muchos españoles están experimentando, especialmente aquellos que no tienen un aire acondicionado instalado en su vivienda. No hay que subestimar las olas de calor puesto que el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dependiente del Ministerio de Sanidad, contabilizó 360 muertes atribuibles a las altas temperaturas desde el comienzo de la ola de calor —10 de julio— hasta el viernes 15 de julio.
Entre estas muertes se encuentra la de un trabajador de la limpieza de 60 años la avenida de San Diego de Puente de Vallecas sábado y la de un hombre de 50 años en Torrejón de Ardoz mientras paseada. Ambas muertes con una causa común: golpe de calor.
Para refrescar tu casa y así cuidar de ti y de los tuyos, te ofrecemos los siguientes consejos que da el Ministerio de Sanidad:
- Baja las persianas: así evitas que la luz solar incida directamente sobre las habitaciones y las caliente.
- Ventile en ‘horas frescas’: las olas de calor traen consigo aire caliente, por lo que es aconsejable mantener las ventanas cerradas cuando la temperatura exterior sea muy alta. Para ventilar la casa, lo mejor es abrirlas en las horas de menor temperatura que suelen ser desde el atardecer hasta las 8 a.m.
- Evite usar máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas más calurosas.
- Beba mucha agua y líquidos, aunque no tenga sed —a menos que haya instrucciones médicas contradictorias. Evite las bebidas alcohólicas, café, té o cola y las muy azucaradas.
- Permanezca en las instancias más frescas de la casa.
- Tome una ducha o un baño refrescante.
- Haga comidas ligeras que le ayuden a reponer las sales que pierde con el sudor: ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos.
En cuanto al uso de ventiladores, Sanidad recuerda que tras superar los 35 ºC estos aparatos solo mueven el aire, no lo enfrían. Y si el ventilador se calienta solo generará más calor en la vivienda.
Las personas más vulnerables
Las olas de calor no nos afectan por igual a todos, hay muchos factores de riesgo a tomar en cuenta para evitar que el contabilizador de muertes aumente. Hay que tener especial precaución con:
- Las personas mayores que viven solas o son dependientes.
- Personas que están enfermas (enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal, neurológica, diabetes...) o medicadas (anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos, betabloqueadores...).
- Personas con facultades mentales disminuidas.
- Niños menores de 4 años.
- Personas con mucho peso.
Hay que ayudar a los adultos que no puedan valerse por sí mismos visitándolos una o dos veces al día para monitorear su estado. De la misma forma, a los niños menores de cuatro años hay que mantenerlos hidratados, vestidos con ropa ligera y no se les puede dejar solos en el coche al sol o con las ventanas cerradas.
¿Qué problemas puede producir el calor y cómo debemos actuar?
Los problemas de salud acarreados por olas de calor tan intensas y duraderas como la que estamos experimentado son varios; desde dolores de cabeza hasta la muerte. Es por ello por lo que hay que estar al tanto de los síntomas para poder actuar con rapidez.
Nuestro cuerpo está compuesto por un 60% de agua, por lo que estas olas de calor ocasionan que sudemos esta agua y nuestras sales minerales más de lo normal. Los efectos negativos de esto pueden variar entre: dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal. Es por esto por lo que es tan importante mantener la hidratación en todo momento.
Después de varios días con exposición al calor, puede ocurrir el agotamiento por calor al sudar fluidos corporales y sales minerales. Los síntomas son: debilidad, fatiga, mareos, náuseas y/o desmayo. Otros problemas que se pueden presentar son los calambres; en caso de ambas condiciones hay que detener la actividad física que se esté ejerciendo en el momento y descansar en un sitio fresco con hidratación. Si las dolencias duran más de una hora, lo mejor es contactar con un médico
Sin embargo, el problema de salud del que hay que estar más atento es el golpe de calor. Cuando el cuerpo experimenta esto se vuelve incapaz de regular su propia temperatura, por lo que esta puede aumentar hasta los 40,6 ºC. De acuerdo con Sanidad, los síntomas son: calor, sequedad y piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, confusión y pérdida de conciencia. Si el sujeto experimenta estos síntomas hay que llamar a urgencias y mientras se espera su llegada hay que enfriar el cuerpo; esto se logra llevándolo a una habitación oscura, colocando paños de agua fría sobre el cuerpo o una ducha —o baño— fría. Si no se llama a urgencia para tratarlo con rapidez, el golpe de calor puede ser fatal.
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