Los españoles recuperan la buena costumbre de dejar propina en los bares. Es una vieja tradición que deja un sonido típico y que la crisis ha estado a punto de borrar.

Los hosteleros calculan que los restaurantes medios han pasado de alcanzar los 50 euros mensuales a los 200 euros. Y es que, en los bares españoles se pueden encontrar todo tipo de clientes.

Desde los que redondean con los céntimos, como explica Manuel, un camarero andaluz "hay algunos que dejan lo mínimo 20, 30 o 50 céntimos y ya es demasiado". Hasta el que no se anda con rodeos y deja grandes billetes. "Una vez me dejaron una propina de 200 euros", afirma Rafael Martínez, Chef del 'Can Xurrades'.

Aunque los más generosos, vuelven a tener acento extranjero. Daniel Fernández, encargado de la 'Tapería del Prado, manifiesta que "los que más propina dejan son los norteamericanos y los rusos y los que menos, en el 99% de los casos, los chinos".

Dinero que se suele repartir entre los camareros como un incentivo por un trabajo bien realizado. "Las propinas suponen un incentivo para que los camareros mejoren", dice Juan José Blarone, director de 'La Viña de Madrid'.

Las propinas, por ahora, han conseguido vencer a la crisis, pero ahora les toca vencer a un nuevo enemigo: el datáfono