El asesino de Felipe
tenía una relación muy particular con el menor, "él veía a Felipe como su
hijo, y Felipe lo veía a él como un padre", asegura Alexandra Pérez, la
madre del niño. Era una relación tan estrecha que viajaba con su entrenador e
incluso pasaban las vacaciones juntos.
Esa complicidad hizo
sospechar a la psicóloga del menor ya que tenía un comportamiento extraño, por
lo que recomendó a su madre que lo alejara del entrenador, Fernando Sierra. Un
hecho que no pudo soportar el hombre, que sacó a Felipe del colegio sin
permiso, lo subió a un coche alquilado y escapó con él. Tras el secuestro, ambos
fueron encontrados con un balazo en la cabeza, en un campo relativamente cercano
al lugar del secuestro.
Tras el terrible suceso, el resto de padres de los niños que asistían a los entrenamientos en el Club Defensor de Maldonado temen que sus hijos también puedan haber sufrido agresiones sexuales ya que según revela el diario argentino Clarín, Fernando Sierra organizaba reuniones en su casa en las que participaban otros niños.
Y es que el temor de los
padres es más que lógico tras la revelación de la jueza Adriana Morosini, que
asegura que los abusos sexuales fueron prolongados en el tiempo ya que "hay
lesiones de larga duración".
"Hacía almuerzos de los
que participaban varios niños. Los invitaba, por ejemplo, a ver algún partido
de fútbol de la selección uruguaya. En la época en la que era el entrenador de
mi hijo, yo fui a varios de esos encuentros y ayudé a preparar la comida. Era un
ambiente normal, estaban los padres de Fernando y sus hermanos", explica Miriam,
una madre, en declaraciones a Clarín.
"En cuanto pasó esto, le
consulté a mi hijo si le había hecho algo, él dice que no. Igualmente, mi idea
es que charle con un especialista", sentencia Miriam, intranquila por si hay
más víctimas entre los menores.