Han tenido que apunta lar sus casas con sus propias manos para que no se vengan a abajo. Los vecinos de una urbanización de Dénia, en Alicante, aseguran que nunca habían sufrido un temporal tan destructivo.

Las olas de hasta siete metros de altura sobrepasaron el muro rompeolas y golpearon con virulencia las fachadas y las terrazas de sus viviendas. Algunas han quedado en ruinas.

El fuerte oleaje también se ha tragado por completo la playa de Almenara, en Castellón. El mar ha arrasado este parque infantil y ha anegado el paseo marítimo.

En Baleares, el temporal ha dejado miles de hectáreas de cultivo anegadas. Además, las intensas lluvias han provocado el derrumbe de una casa deshabitada en Porreres, Mallorca.

En Cubelles, Barcelona, la playa ha quedado cubierta de algas que el temporal marítimo arrastró hasta arena y en Malgrat de Mar, las olas de ocho metros de altura han provocado numerosos destrozos en un camping; los antiguos lavaderos han quedado prácticamente derruidos y la arena acumulada ha llegado a tapar las papeleras.

El Gobierno de la Comunidad Valenciana ya ha anunciado que pedirá la declaración de zona catastrófica.