El portal web del 'INEM' señala que "las preguntas que se realizan en una entrevista de trabajo se deben referir a las capacidades o profesionalidad del candidato para cubrir el puesto". Sin embargo, cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones se suelen plantear cuestiones referidas al ámbito personal del candidato para conocer mejor su perfil.

Este tipo de preguntas, según señala el 'INEM', no deberían ser aceptadas por los propios entrevistados, "por muy habituales que sean". Pero, siendo más precisos en las dudas que afloran durante una reunión de carácter laboral en este sentido, recopilamos una serie de preguntas que son ilegales en las entrevistas de trabajo, y sin embargo se plantean con asiduidad:

Preguntas relacionadas con la vida personal. En este sentido, la gran mayoría de entrevistas de trabajo recogen preguntas enfocadas al ámbito privado del candidato al empleo. El mismo entrevistado no tiene por qué responder a cuestiones referentes a su edad, su estilo de vida, su estado civil u orientación sexual, entre otros.

Preguntas relacionadas con el posicionamiento político, sindical, ideológico y religioso. Otro apartado en el que se reflejan las habituales preguntas a las que se enfrentan muchos de los candidatos a conseguir un determinado trabajo. La empresa no tiene por qué saber a qué partido votas, qué religión practicas o si estás afiliado a algún sindicato.

Preguntas relacionadas con el estado de salud o con el ámbito familiar. La empresa con la que se concreta una entrevista no debe plantear cuestiones que obliguen a responder sobre el estado de salud que presenta el candidato o si tiene alguna discapacidad. Tampoco preguntas referentes al entorno familiar en el que ha crecido el entrevistado. Esto es, en qué trabajan otros miembros de la familia, la situación civil de los mismos, etcétera.

El problema, tal y como se ha señalado antes, es que estas preguntas son frecuentes en las entrevistas de trabajo, y por norma general la empresa va a intentar conocer a su empleado más allá de su perfil profesional y sus aptitudes. Por ello, el 'INEM' también propone tres soluciones para hacer frente a una situación de estas características:

Responder a las preguntas. Si bien se ha destacado que las preguntas descritas anteriormente incurren en una ilegalidad contra el derecho a la privacidad, el propio candidato puede decidir responder a las mismas. Aquí, aconseja el portal de empleo, lo mejor "es hacerlo con total naturalidad, de forma sosegada y sin darle mayor importancia".

No responder a las preguntas. Teniendo conocimiento de las cuestiones a las que el candidato no tiene el deber de responder, puede explicar a la empresa que, si bien tiene interés en conseguir el trabajo, se acoge a su derecho legal de no responder a las preguntas que se refieran directamente al ámbito privado de su vida. En este aspecto, el 'INEM' precisa: "La empresa quiere obtener la información personal, pero tampoco hay que descartar que en ocasiones se trate de una pregunta trampa para observar la reacción del entrevistado".

Denunciar las preguntas ilegales. Esta es una de las soluciones menos usadas en la actualidad cuando una empresa obliga a su candidato a responder cuestiones que no están vinculadas directamente con el perfil profesional del entrevistado. Este podrá presentar una denuncia si le insisten en la respuesta a este tipo de cuestiones y, con la debida acreditación del caso, la propia empresa recibirá una sanción administrativa por parte de la Inspección de Trabajo. "En el mejor de los casos, el reconocimiento para el trabajador no contratado del derecho a una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados", precisa el 'INEM'.