No tenían apenas opciones de victoria, pero el Top 5 sí que era una posibilidad real para el 23 de United Autosports. Con Fernando Alonso, Phil Hanson y Lando Norris, el trío de Zak Brown lo tenía todo consigo para lograr el objetivo marcado por su jefe... hasta que uno de los cilindros de los frenos dijo adiós cuando el asturiano estaba a bordo del Ligier.

Y justo cuando el problema del pinchazo sufrido por Phil Hanson parecía estar subsanado, gracias a la bandera amarilla que apareció en pista y que hizo que Alonso pudiera recuperar una de las tres vueltas perdidas. Con él en sexto puesto, y luchando por la quinta con el coche 37 de Frinjs, de repente hizo un recto y se fue directo al pit lane. El motivo, un problema de frenos.

Uno que lastró por completo al equipo y a un trío de pilotos que, hasta ese momento, estaba realizando un gran trabajo en la pista de Daytona. Con Alonso ya abajo, y Lando Norris en el asiento del Ligier, el equipo se llevó el coche al garaje para una reparación que duró casi el doble de lo que estaba previsto.

Unos 20 minutos dijeron, pero en realidad tardaron casi 40 en devolver el coche al asfalto. Todo estaba perdido, pues perdieron 24 vueltas con respecto a la cabeza y volvieron en el puesto 24, muy lejos de las posiciones de cabeza.

Si en la Indy 500 fue el motor Honda el que noqueó a Alonso, en las 24 Horas de Daytona han sido los frenos los que han podido con el talento de Fernando, y con el de Phil Hanson y Lando Norris.