El agua dulce y de calidad tiene un enemigo declarado, el cambio climático. El aumento de las temperaturas en la Tierra está provocando que cada vez menos personas tengan acceso a agua potable. Gro Harlem, exprimera ministra de Noruega y enviada especial de la ONU para el cambio climático, asegura que la calidad del agua es "esencial". "Las enfermedades se transmiten a través del agua contaminada", añade.

Harlem ha visitado España para advertirnos sobre el riesgo de desperdiciar el agua dulce. "Dentro de 20 o 25 años, crecerá la población mundial y la necesidad de agua aumentará un 35%", advierte.

Los estudios apuntan a que en el año 2040, España será uno de los 33 países del mundo que sufrirán estrés hídrico, por lo que habrá problemas de suministro de agua potable. Harlem avisa de que este hecho es "un reto para los líderes de España" y les insta a "tomárselo en serio para evitar que las nuevas generaciones teman por su futuro".

Con el cambio climático, España será especialmente vulnerable a las olas de calor y nuestro territorio será cada vez más desértico. El catedrático en Geografía Física de la Universidad Autónoma de Madrid, Felipe Fernández, asegura que el clima del país será "cada vez más africano".

No sólo la agricultura y la economía se verán afectadas. Los expertos aseguran que las guerras por la falta de agua aumentarán. Algunas, incluso, llevan ya años en marcha. Mercedez Pardo, profesora de Sociología en el cambio climático de la Universidad Carlos III, explica que la guerra en Siria "comenzó en 2006 con una sequía fortísima" que dio pie a "bastantes revueltas".

Por todo ello, deberemos apostar por las energías renovables y consumir el agua de una manera más responsable para evitar que el planeta se convierta en un desierto.