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Escapadas de otoño

Un día en Valladolid

Es una escapada perfecta para disfrutar de cultura, buena gastronomía y aclamados vinos. ¿Nos acompañas?

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Como reza ese dicho popular, “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid” vamos a esbozar una ruta para sacar el máximo sabor a esta capital de provincia y la región que la rodea.

La jornada puede comenzar dando un paseo por la ciudad, recorriendo las calles del casco antiguo de Pucela, atravesando su plaza mayor y llegar hasta su catedral inacabada. El arquitecto encargado fue Juan Herrera, seguramente nos resulte familiar porque fue el que diseñó el Monasterio del Escorial. De hecho, abandonó Valladolid, sin haber terminado la catedral para comenzar a trabajar para el monarca Felipe II.

Frente a la fachada de la universidad hay una columnata coronada por leones. Se dice que quien cuente los leones no conseguirá graduarse. Antes de sucumbir al arte del aperitivo hay que visitar la Casa de Miguel de Cervantes. Pues, al igual que la corte y el resto de intelectuales vivió en Valladolid el tiempo que ésta fue la capital del Imperio (1601-1606). No es demasiado grande, así que no saldremos extasiados y tiene un patio encantador.

Para comer podemos elegir alguno de sus mesones o restaurantes y sentarnos; o bien aprovechar el tirón del tapeo y los vinitos para descubrir calles y callejas adyacentes a la Plaza Mayor, por ejemplo. Pues está flanqueada por tascas y bares.

Una vez hemos hecho la primera degustación de la gastronomía podemos bajar a la zona de la playa fluvial y recargar las pilas con un buen café para seguir empapándonos de cultura por la tarde.

La Iglesia de San Pablo que es donde se coronó a Carlos I de Castilla en 1516 y donde también se bautizó a su hijo Felipe II en 1527. Para poder visitarla es recomendable consultar el horario de misa, pues es cuando abre sus puertas.

Para culminar nuestro maravilloso día en Valladolid, nos acercaremos al museo Nacional de Escultura, donde se encuentran obras de artistas como Juan de Mena, Fernández, Francisco de Rincón o Andrés Solano.

Para aquellos que no se conformen solo con un día por estas tierras castellanas, hay infinidad de pueblos cercanos para visitar como Peñafiel o Tordesillas, además de las abundantes bodegas donde podremos comprar botellas de vino de la zona, Ribera de Duero.

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