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Oceanía

Russell, cataratas tropicales en el interior de Tasmania

Situadas en el Parque Nacional del Monte Field, se han convertido en uno de los destinos naturales más visitados de Australia.

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El monte Field es, como Australia, todo un descubrimiento. Llama la atención porque en el Parque Natural al que da nombre conviven ecosistemas que nunca pensaríamos que se puedan calificar como vecinos. Así, este pequeño rincón del sur de Tasmania acoge a bosques tropicales de espesa vegetación, con grandes helechos y gomeros, así como bosques y vegetación de tipo alpina que da lugar a una de las estaciones de esquí mejor consideradas del país. Además, en su zona tropical, tiene una de las atracciones turísticas más importantes de Australia: las cataratas Russell. Descubiertas alrededor de 1856, no tardaron en convertirse en todo un reclamo para los primeros habitantes del país gracias a la belleza de ver sus aguas cayendo sobre torrentes en un marco natural verde a más no poder, como cortinas de agua en plena isla de la Polinesia. No son las únicas del parque, ya que a 100 metros tiene las de Horseshoe, pero sí las más famosas. Tal fue su éxito turístico que una imagen de ellas fue escogida para lucir en los primeros sellos de la historia de Australia, en 1885, dedicados a promocionar los hitos turísticos de finales del siglo XIX. La excursión a las cataratas Russell se enmarca dentro de las que se pueden hacer por el Parque Nacional, pero si se tiene prisa, también es posible acercarse, maravillarse y, si el paisaje nos lo permite, irnos. Es lo que ocurre cuando nos encontramos ante una atracción con tanto empuje desde hace más de un siglo, que las instalaciones y accesos son perfectos para ello. El circuito apenas recorre 600 metros y está adaptado a todo tipo de turistas con necesidades especiales, además hay un centro de visitantes con todos los servicios para quienes quieren aprovechar la excursión para hacer barbacoas (eléctricas). El camino de vuelta de las cataratas incluye un pequeño paseo por un puente que las recorre por su interior, por lo que será posible verlas por sus dos caras. Una experiencia que, seguro, no olvidaremos.

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