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América Norte

Lo que no puedes perderte en Las Vegas

La ciudad del pecado ofrece atractivos y planes para todos los gustos.

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Por puro azar, una caravana de españoles que viajaba en 1829 desde Texas hasta Los Ýngeles, se detuvo a descansar en medio del desierto. Uno de los jóvenes de la expedición decidió caminar durante un rato por los alrededores y, así, por casualidad, encontró un inusual valle con manantiales y repleto de vegetación que bautizó como Las Vegas. Casi un siglo después, el Estado americano decidió subastar esta tierra para contribuir a que fuera poblada. Sin embargo, no sabían que poco después Bugsy Siegel, uno de los gangsters más temidos de la costa oeste, la convertiría en una ciudad de luces de neón, casinos e increíbles hoteles. Dicen que Las Vegas es uno de los puntos más iluminados del planeta y no es de extrañar, ya que cualquiera que acuda a este peculiar destino verá parpadear millones de luces y se deslumbrará con todos los carteles que invaden tanto aceras como edificios de su calle principal, The Strip. Aunque, si queremos conocer los orígenes de Las Vegas, debemos volver la vista hacia el lugar en el cual se encendieron los primeros letreros de neón, la calle Freemont. Un lugar que inauguró su actividad de juego mucho antes de que la gran avenida de la ciudad estuviera presidida por su famosa señal en la que se lee un atractivo: Welcome to fabulous Las Vegas. Todos los carteles míticos, los mismos que contemplaron hace ya décadas artistas como Frank Sinatra o Elvis Presley, y que han sido apagados, descansan en lo que algunos llaman "el cementerio de los neones", una gran explanada al aire libre que se ha convertido en museo y que conviene visitar si la estancia en la ciudad dura más de tres días. En él se pueden ver -durante un recorrido guiado de 45 minutos- las bombillas de casinos ya cerrados como el Binion's Horseshoe o de hoteles que los han remplazado por luces led. Es cierto, en parte, que “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas” pero también hay muchas cosas que trascienden fuera de sus límites territoriales y estas son, sin duda, aquellas que no puedes perderte si viajas a la llamada ciudad del pecado. A pesar de que a simple vista parece un destino dirigido a parejas o grupos de amigos, Las Vegas es también un lugar para disfrutar de unas vacaciones en familia que incluyan naturaleza, compras y ocio.

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