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América Sur

La Posada de Mike Rapu (Isla de Pascua)

Durmiendo con los Moais

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En una de las zonas mas alejadas del planeta, conviviendo con los moais en Isla de Pascua, se encuentra esta singular posada en la que se puede palpar el hechizo y la magia que rodea la historia de los misteriosos dioses de piedra. Desde el primer instante el viajero tiene la sensación de que se ha trasladado a otra época, que la tierra se funde con el cielo y el mar y que solamente estos gigantes de granito tienen potestad para integrarse en el paisaje. El mayor lujo de esta posada es su simplicidad. Totalmente integrada en el espacio natural y con un respeto admirable hacia el medio ambiente, en las habitaciones no encontraremos ni teléfono ni televisor pero sí un gran ventanal de cara al Pacifico y la sensación de estar en un lugar privilegiado, en el que cada huésped es único. Una de las máximas de esta posada, que pertenece a la cadena de hoteles Explora, es que permanezcamos el menor tiempo posible en el hotel y todos los días se planifican excursiones para visitar diferentes partes de la isla. La jornada comienza, tras un copioso desayuno para tomar fuerzas ante lo que nos espera, en el lobby ante un mapa de la isla y se puede elegir entre sus más de 15 caminatas, recorridos en bici o inmersiones en el mar. En total 25 excursiones de todo tipo. No sirve hacerse el vago o dejarse tentar por sus estupendas instalaciones, hay que patearse la isla. Los guías nos prepararán varias visitas, a Ahu Tongaririki con sus 15 mohais; a Ahu Akivi y sus 7 gigantes que miran al mar, los únicos de toda la isla que no dan la espalda al Pacífico; a Ahu Tahai, el único gigante de piedra que tiene ojos; a los situados sobre un pedestal que recuerda a las ruinas incas en Ahu Vinapu, o a la playa de Anakena donde desembarcaron los primeros pobladores procedentes de la Polinesia. Pero, sin lugar a dudas, la más impactante será la visita a la ladera de Rano Raraku, también conocido como “el semillero”, la cantera donde nacieron estos colosos que pueblan la isla. De las aproximadamente 777 figuras que quedan en la isla, 288 fueron transportadas y puestas en pie sobre el ahu o altar; 397 se quedaron en la cantera y 92 perecieron en el camino al altar. De vuelta al hotel, al anochecer, comienza el tiempo de tertulia, cambio de opiniones con los otros viajeros y previsiones para el día siguiente, como si se tratara de un fuego de campamento pero en la barra del bar y tomando unos tragos. Terminaremos con una exquisita cena, ya que la gastronomía es otro de los puntales de esta posada

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