CASI MÁGICO
Natrón, el lago más terrorífico de África
Parece sacado de una de las novelas de George R. R. Martin, pero existe de verdad, en Tanzania, y convierte a las aves que se posan en él en estatuas de cal.
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Los que estén al día con la serie ‘Juego de Tronos’ o hayan leído las novelas ‘Canción de hielo y fuego’ saben de los muchos misterios que al mente de su autor, el prolífico George R. R. Martin, ha ido repartiendo por cada rincón de los siete reinos. Uno de los últimos, en la antigua ciudad de Valirya, hogar de los hombres de piedra, entre una selva exhuberante y ruinas de una metrópoli. Allí, el humano que sea tocado por alguno de estos seres se contagia de una terrible enfermedad, una historia que, en el mundo real, no es desconocida.
Salvando las distancias, bien podría decirse que el escritor pudo tomar su inspiración para ello en un tenebroso lago de Tanzania, el Natrón, conocido por ser el más terrorífico y sanguinario del continente africano. Y es que este lugar extraño, frontera en su extremo sur entre este país y Kenia, a medio camino entre el Índico y el lago Victoria, envenena a todo animal que lo toque, hasta el punto de provocarle la muerte y, además, convertirlo en estatua de cal.
Fue un artículo de la revista ‘New Scientist’ que dio a conocer al mundo este extraño lugar. Son varios los factores que explican este fenómeno. Por un lado, hay que tener en cuenta que la temperatura del agua del lago se eleva hasta los 60 ºC y que la alcalinidad del mismo es altísima, casi extrema, con un pH superior a 9 y que puede rozar los 10,5, es decir, el doble del de nuestra piel.
La composición del agua es muy rica en carbonato de sodio procedente de la ceniza de los volcanes del Valle del Rift, lo que provoca, todo junto, una reacción sobre las aves que se posan en sus aguas similar al de un envenenamiento múltiple y mortal. Prueba de su excesiva mineralidad es que, en las áreas en las que llega a secarse, se convierte en toda una salina, donde inconscientes flamencos tratan de hacer sus nidos.
Los animales que allí caen se van secando por dentro y el resultado es prácticamente el de una momificación. El fotógrafo Nick Brandt fue el que inmortalizó para la revista semejante hallazgo.
El color rojo del lago, provocado por la proliferación de algas, no ayuda tampoco a dar una mejor imagen del lugar, donde también abundan los géiseres. Sólo un tipo de pez es capaz de vivir en esas duras condiciones, además de los flamencos, que filtran el agua con su pico para alimentarse de las algas.
Eso sí, afortunadamente, no todos los 800 kilómetros cuadrados de su superficie son tan peligrosos. De hecho, es una zona a la que se puede acceder a la hora de realizar algún safarí por esta zona del sur del valle del Rift. Todo el noroeste del crater del Ngorongoro es una preciosidad por su variedad de flora y fauna y es un paseo de cinco horas desde el valle del Serengeti. Cebras o jirafas son algunos de los animales que más abundan, pero también reptiles y, sobre todo, aves.
Sólo hay dos lodges habilitados a la orilla del Natrón. Están al sur, con pocas tiendas y abiertos todo el año. Uno es el Moivaro Natron Tented, de nueve tiendas. El otro, el Ngare Sero, de siete. Las reservas, cuyo pago se realiza siempre en dólares americanos, parten de los 125 €/noche, aunque hay muchas modalidades según la duración de la estancia y las necesidades de transporte.
Con el volcán Ol Doinyo Lengai al fondo, pernoctar aquí no es de este mundo. Como el lago en sí...
Más información:
Turismo de Tanzania
Moivaro Natron Tented
Ngare Sero Lake Natron
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