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CONDUCCIÓN IMPOSIBLE EN LA TRANSFAGARASAN

90 kilómetros de curvas sin parar en la carretera más peligrosa de Europa

Concebida como ruta militar estratégica, poder sortear las montañas más altas de los Cárpatos convirtió a la Transfagarasan en la carretera más peligrosa de Europa. La conexión de Transilvania y Valaquia tiene tramos tan complicados como hermosas vistas al llegar a las zonas superiores.

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Hay caminos únicos, de belleza singular, y donde cada tramo permite vistas de ensueño, llegar a ciudades únicas, atravesar regiones impresionantes... Pero esos mismos caminos no siempre son, precisamente, una delicia. Suelen ser tramos de montaña donde la difícil orografía dificulta el disfrute del viaje, salvo que seas un apasionado de la conducción más complicada y trepidante. En ese caso, bienvenido a tu pequeño paraíso.

Ya hemos visto cómo hay curvas imposibles en países muy alejados, como Chile, pero esta vez no nos vamos ni a marchar del Viejo Continente para conocer una carretera que tiene el honor de ser la única europea en muchos de los ránkings de caminos más peligrosos del mundo. Nos referimos a la Transfăgărășan, en el centro de Rumanía.

Conocida también por sus siglas DN7C, se trata de la segunda pavimentada a mayor altitud del país y su origen, a principios de los años 70, es militar. Sus 90 kilómetros de recorrido tenían como objetivo una rápida movilización del ejército rumano en el caso de que la Unión Soviética invadiera militarmente el país, tal como hiciera en Checoslovaquia en 1968. Así, conectaba a través de los Cárpatos las regiones de Transilvania y Valaquia, concretamente las ciudades de Sibiu y Piteşti.

Construida por el propio ejército (se calcula que 40 soldados perecieron en su contrucción, para la que se volaron grandes partes de la cordillera, usando para ello 6.000 toneladas de dinamita), la Transfăgărășan es de una enorme belleza gracias a un trazado en el que las curvas cerradísimas se van sucediendo de forma constante tanto en la subida como en la bajada.

Es tan complicado recorrerla, que no está permitido circular a más de 40 km/h en algunas de las zonas, siendo imposible tomar la curva a mucho más de esa velocidad. Es tal la osadía al volante que debe tener quien quiera superarla, que incluso ha generado polémica el hecho de que algunos fueran hasta allí para hacer competiciones clandestinas.

Si quieres circular por la Transfăgărășan, date prisa, porque cuando comienza la temporada de nieve, a finales de octubre, la carretera se cubre por un manto blanco que la vuelve impracticable hasta la llegada de la primavera. Ha habido años que ha nevado en verano... aunque lo normal es que esté cerrada de noviembre a junio, lo que impide en esa época el acceso al lago Bâlea y su balneario.

Este es uno de los glaciares más bonitos de los Cárpatos. Situado a algo más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, en las montañas de Făgăraș, solo su estación meteorológica y su caseta de salvamento están abiertas allí todo el año. En 2006 se levantó a sus faldas el primer hotel de hielo de Europa del Este.

Uno de los tramos que más llaman la atención de la Transfăgărășan es su túnel principal. Esta es la carretera con más túneles y viaductos de Rumanía, pero nada como el túnel de Balea, que está excavado en la montaña sin apenas acondicionamiento, casi tal cual se encontraba en los años 70. Es de un solo carril por sentido y la experiencia es única. Tanto como conducir por esta carretera, de ahí que sean muchos los que organicen raids con coches de época por ella.

Más información:
Turismo de Rumanía
Información de Transfăgărășan

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