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Europa

Belmond Hotel Caruso. Entre el cielo y el mar

Un Palazzo en Ravello

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No solo tiene una ubicación privilegiada, en la cima de una colina a 365 metros sobre el nivel del mar en la costa Amalfitana, sino que sus orígenes también son aristocráticos. Se remontan ni más ni menos que al siglo XI cuando una noble familia romana se salvó de un naufragio en esa zona y en conmemoración construyó el Palazzo D’Afflitto o “de los afligidos”. Pero no solo su origen es aristocrático es que además se respira en su elegante atmósfera, en los frescos florales o paisajísticos de sus muros, en sus baldosas fabricadas con antiguas técnicas artesanales, en el altar barroco de la capilla o en el diseño de sus jardines donde podemos perdernos entre filas de olivos, limoneros o granados. Así como contribuyeron a esa imagen de exclusividad sus huéspedes ilustres; la mítica Greta Garbo, John Huston que dicen dirigió desde el bar Beat the Devil (La burla del diablo), incluso Wagner se inspiró en Villa Rufolo, un palacio cercano al hotel, para escribir el segundo acto de su Parsifal. El Caruso es un hotel hecho para disfrutar empezando por las vistas del golfo, uno de los paisajes costeros más hermosos del mundo. Las disfrutamos desde cualquiera de sus 48 habitaciones, la terraza del restaurante de la primera planta mientras degustamos unos papardelle al pesto o una ensalada Capricce, tomando su exclusivo cóctel Bellini en los jardines Belvedere o desde la piscina que parece que se pierde en el horizonte. Y puesto que estamos en un entorno sin igual, hay que recorrer esta costa ya sea en el barco privado que el hotel tiene a disposición de sus huéspedes o en coche a través de sus tortuosas carreteras. Acercarnos hasta Maiori o Minori, que nos transportan a una época pasada; a Positano, que parece que va a desprenderse de la montaña; Amalfi, la más antigua de las repúblicas marineras de Italia; Ravello, con sus elegantes palacios y prósperas villas…

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