Ponga un robot en su vuelo
Los robots y la realidad virtual llegan a las aerolíneas
Llegar a tiempo para facturar, encontrar la puerta de embarque, la espera, que llegue la maleta... Lo cierto es que son muchas las personas a las que volar les genera estrés. Estos son sólo algunos de los problemas actuales a los que se enfrentan las aerolíneas y que están tratando de solucionar mano a mano con la tecnología. Realidad aumentada, virtual, biometría, robótica... Son términos que ya forman parte del discurso de algunas compañías aéreas y que en muy poco tiempo serán habituales para todos nosotros.

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Porque tipos de pasajeros hay muchos, igual que
necesidades, desde los millennials a los baby boomers, y cada uno con sus
propias expectativas. Lo que les une es que cada vez son más exigentes y buscan
que la experiencia de viaje sea personalizada porque, además, ellos,
dependiendo de lo que la aerolínea les ofrezca, podrán influir positiva o
negativamente en su red. No se trata sólo de que el pasajero viva una buena
experiencia, sino que la transmita.
La realidad aumentada es una de las tecnologías
que contribuirán a ello. Y compañías como Air France y KLM están trabajando en
su perfeccionamiento. Se trata de dar al pasajero información personalizada que
facilitará su viaje, de ofrecerle ofertas especiales. Air France está pensando
en etiquetas electrónicas para las maletas para tener el seguimiento del
equipaje. En nuestro billete vendrá un código
asignado a nuestra maleta, en el que una vez facturemos nuestro equipaje en el
aeropuerto podremos hacer su seguimiento a través de nuestro móvil. De esta
manera sabremos en todo momento dónde está nuestra maleta, confirmar que viaja
con nosotros y que la encontraremos cuando aterricemos. También sabremos en tiempo real en qué momento
sale por la cinta de recogida de equipaje en el aeropuerto de destino, de
manera que se evitarán las eternas esperas de recogida de equipaje y las dudas
por saber si nuestra maleta ya ha salido.
La biometría sí es una realidad para KLM en
aeropuertos como el de Aruba (Antillas Holandesas), con la que se facilita el
flujo de personas. Gracias al denominado happy flow, las comprobaciones del
documento de identidad, así como las tarjetas de embarque, han sido
reemplazadas por la tecnología de reconocimiento facial. Es tan simple como
escanear la tarjeta de embarque y el pasaporte y tras un reconocimiento de cara
de las autoridades, el pasajero es autorizado. Darse de alta sólo lleva 45
segundos. Más de 5.000 personas ya han utilizado este sistema y gracias a sus
exitosos resultados, la aerolínea está pensando en llevarlo al parisino
aeropuerto Charles de Gaulle.
KLM ya ha experimentado con un personal un tanto
especial. Se llama Spencer y es un robot cuya función es facilitar el tránsito
de los pasajeros en conexión. Ha hecho sus prácticas en el aeropuerto de
Schiphol (Ámsterdam), donde Spencer escaneó las tarjetas de embarque de los
pasajeros y les guió a la puerta de embarque correcta. Pero éste sólo es el
primer paso en el campo de la robótica. Están por ver sus múltiples aplicaciones,
como poder hablar e interactuar con las personas y poder llevar maletas o
bultos.
Otra de las tecnologías que se implementarán
dentro de poco es la realidad virtual en los asientos, que puede situar a los
pasajeros en un entorno diferente al que están. Esta tecnología, que ya se ha
desarrollado para aerolíneas como KLM y que está disponible en 2017 para Air
France, permitirá a los viajeros entretenerse con experiencias como estar
sentados en la playa o cenar en cualquier parte del mundo en el transcurso de
su vuelo. Parece ciencia ficción, pero muy pronto será real.
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