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UN NUEVO ESTUDIO CONTRADICE LOS RESULTADOS DE INVESTIGACIONES ANTERIORES

¿Usar redes sociales provoca depresión en los adolescentes? Esto es lo que dice la ciencia

Algunos estudios señalan que el uso abusivo de las redes sociales provoca depresión en los adolescentes, pero una nueva investigación indica que los jóvenes ya deprimidos tienden a pasar más tiempo en estos canales para sentirse mejor.

Jóvenes con sus móviles

Jóvenes con sus móviles Pexels

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Hay algunos temas controvertidos en los que la ciencia no se pone de acuerdo, y la relación entre el uso de las redes sociales y la depresión en los adolescentes y jóvenes es uno de ellos.

Las redes sociales tienen ventajas e inconvenientes. En el lado positivo, nos permiten interactuar con personas que están lejos o con las que hemos perdido el contacto físico y nos ofrecen una inmediatez informativa sin precedentes, y en el lado negativo su uso malintencionado ha propiciado la aparición de fenómenos como el ciberbullying o las fake news.

Además, la utilización excesiva de estos canales se ha convertido en un verdadero problema, especialmente entre los adolescentes, que en muchos casos presentan patrones de uso abusivo que dejan ver que sufren dependencia de las redes sociales, lo que dar lugar al aislamiento y la depresión.

A la vista de esta nueva realidad en la que los jóvenes viven pegados al teléfono móvil y continuamente conectados a los canales, diversos estudios han querido evaluar las consecuencias para la salud que tienen este tipo de prácticas, analizando especialmente la relación entre depresión y redes sociales. Los resultados de las investigaciones han sido dispares y, si bien hay estudios que encuentran una relación directa entre el uso de estos canales y la depresión, un nuevo trabajo recientemente publicado señala que la aparición de la patología no está relacionada con el uso de las redes sociales y que los adolescentes se vuelcan en ellas para sentirse mejor.

El pasado mes de enero se publicó un estudio del Consejo de Investigación Económica y Social de Reino Unido que vincula el uso de las redes sociales con un aumento del riesgo de padecer depresión entre los adolescentes. En concreto, el trabajo señala que las niñas menores de 14 años son las que más utilizan estos canales y sufren sus consecuencias negativas: un 40% ha sufrido ciberacoso y también un 40% tiene problemas de insomnio, unas cifras bastante más altas que en los niños de su misma edad.

Otro estudio de la Universidad de Pennsylvania quiso analizar el impacto que tendría la reducción del tiempo de exposición a las redes sociales en los jóvenes, y sus resultados revelaron que limitar su uso a 30 minutos al día puede prevenir la depresión y la soledad.

En cambio, un nuevo trabajo de la Universidad de Brock en St. Catharines (Ontario, Canadá) explica que estas investigaciones solo analizaron la depresión de los adolescentes y su uso de las redes sociales, sin prestar atención a la causalidad. En su estudio, los investigadores de este centro evaluaron la presencia de síntomas depresivos en los jóvenes, y descubrieron que aquellos que están deprimidos invierten más tiempo en las redes sociales para intentar sentirse mejor.

Para llevar a cabo la investigación, desde 2017 el equipo ha encuestado a cerca de 600 estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado de Ontario una vez al año durante dos años. Además, desde 2010 y durante seis años también han llevado a cabo encuestas anuales a más de 1.100 estudiantes universitarios. Los cuestionarios se componían de preguntas estándar para medir los síntomas de la depresión, y solicitaban datos como el tiempo dedicado a las redes sociales, el tiempo en pantalla y el dedicado a otras actividades no relacionadas con la tecnología.

Los resultados del estudio revelan que, de por sí, el uso de las redes sociales no predecía el desarrollo de síntomas de depresión en los adolescentes y jóvenes. En cambio, sí que observaron que las niñas en edad escolar con mayores síntomas de depresión sí tienden a usar más las redes sociales como un mecanismo para aliviar su malestar, o también porque una persona que sufre depresión o ansiedad puede preferir socializar online porque es más fácil controlar las interacciones.

Dado que las redes sociales son un fenómeno de reciente aparición, a los investigadores todavía les queda mucho trabajo por delante para dilucidar cuáles pueden ser sus consecuencias para la salud. Lo recomendable es hacer un uso controlado y saludable, combinado con otro tipo de actividades y formas de interacción, para aprovechar sus beneficios y evitar sus posibles riesgos.

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