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Instagram empieza una reforma integral que cambiará por completo su rumbo

La evolución de Instagram bajo el capote de Facebook está siendo temible y apunta a convertirse en algo inmenso, capaz de batallar con YouTube.

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Instagram es una de las redes sociales más potentes del momento. Mientras Facebook crece más lento que nunca y Twitter directamente pierde usuarios activos, Instagram suma y sigue. De hecho, solo Snapchat está pudiendo hacer frente a semejante torrente de usuarios nuevos. No es para menos, pues hay muchos creadores de contenidos interesantes y muchas 'celebrities', así como cada vez más promociones de marcas y otro tipo de experimentos.

No debe extrañar por tanto que Instagram haya dado su primer gran paso para convertirse en algo más.

Así, al incluir un contador de visitas junto al clásico indicador de lo que nos gusta, la red social está pensando claramente en la mejor manera de contabilizar la popularidad de los usuarios. Al fin y al cabo, un 'me gusta' es un buen referente, pero no ponemos corazoncito a todo. Sin embargo, seguir a alguien y ver lo que publica también es importante en una red social que quiere más y más publicidad.

Ahí está la gracia: contabilizar visitas significa saber quién es más popular más allá de seguidores, que se pueden falsear, y de los 'me gusta', que pueden indicar muchas más cosas que el simple hecho de ver algo. Porque que alguien preste suficiente atención a algo como para verlo significa que hay un potencial para vender un producto, de ahí que Instagram también haya aumentado el máximo de segundos que puede durar un anuncio recientemente.

¿No veis por dónde van los tiros? A Instagram ya le dan igual las fotografías de comida, las bonitas composiciones de los espacios laborales o los pies en la playa de los usuarios: lo que quiere que es subamos vídeos y convirtamos la plataforma en la futura competidora de YouTube. Al fin y al cabo, ahí es donde más publicidad y dinero se mueve en la actualidad, incluso si Google sigue gastando millones en su tecnología y en acuerdos, impidiendo que sea rentable como plataforma.

Con Facebook detrás, Instagram va a poder hacer algo similar, y también va a poder empujar a que 'celebrities' y creadores de contenido curioso, ya sea de cosméticos, de recetas de comida, de vídeos graciosos o de pequeñas piezas informativas, intenten rentabilizar sus contenidos. Por supuesto, Instagram no acepta publicidad de cualquiera, y es imposible ahora mismo generar ingresos personales, como ocurre YouTube mediante, ¿pero qué impide a un 'instagramer' promocionar esas zapatillas que aquella marca le ha enviado? ¿Y qué impide que cierta 'celebrity' promocione una marca de ropa que le ha pagado por dicha promoción?

Las posibilidades son infinitas, y todas convergen en Instagram como sitio donde subir una foto o un vídeo que puede ser muy retanble. Y por ahora no hay mejor manera de cuantificar esa rentabilidad que con un contador literal bajo dicho contenido. Lo que ahora va a hacer Instagram es buscar a esas personas que pueden traer más usuarios a la red para consumir más publicidad. Porque a más usuarios, más publicidad, y más dinero para la plataforma en consecuencia.

En definitiva, es interesante ver cómo Instagram ve y plantea su futuro bastante claro mientras otras empresas y redes sociales luchan por mantenerse a bordo y no sucumbir. Al final, el contenido es lo que manda, y parece que nos gusta más ver una foto bonita y un vídeo de una 'celebrity' que informarnos de lo que pasa en todo momento. Ay, internet.

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