No se puede decir que el entorno académico no se haya ocupado del fenómeno de las redes sociales. No solo desde un punto de vista entusiasta –como favorecedoras de la agrupación, de la organización de movimientos– sino también desde una mirada más crítica. Hay ejemplos de que así lo ha hecho y uno de los más reveladores se publicó en 2015, cuando investigadores de la Universidad de Stanford hicieron asociaron los likes en Facebook a los resultados de un test de personalidad.

El objetivo fue evaluar en cada caso los grandes cinco rasgos de la personalidad, que según la psicología definen cómo es una persona. Son apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad e inestabilidad emocional. Todas ellas se determinan a partir de un modelo de test, que los investigadores pasaron a 70.000 usuarios de Facebook.

Pasar el test a este buen montón de usuarios era necesario para después comparar sus resultados con sus likes en Facebook. De esta forma se asociaron ciertos likes a ciertas características de la personalidad. Con este bagaje el algoritmo estaba entrenado y listo para probarse.

El mecanismo es muy similar al que utiliza el proyecto Apply Magic Sauce, que coordinan investigadores del Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge. El nombre de la iniciativa no exento de ironía. En su web se invita a los usuarios a introducir algunos textos que hayan escrito, como emails o entradas en un blog, junto con información sobre sus actividades en las redes sociales. A partir de ahí el usuario solo tiene que pulsar ‘Make Prediction’ para que los datos se batan con la salsa mágica de su algoritmo.

El resultado es el perfil de personalidad del usuario, expuesto en un psicograma detallado, un tipo de esquema que se emplea en psicología para resumir los resultados de varios test de personalidad. En este resumen se pueden encontrar datos como la edad o el género, pero también aparecen las tendencias a la ansiedad o la facilidad para estresarse, cómo de rápido cedes a tus impulsos o tus convicciones políticas.

Personalidad
Personalidad | Kyle Glenn en Unplash

La web también permite que le des acceso a tus cuentas de Facebook y Twitter o que subas directamente cierto tipo de datos procedentes de estas plataformas, como tu historial de likes. Sin duda cuanta más información proporciones al algoritmo más exacto será tu perfil. Y tenemos un buen montón de información acumulada en estas redes.

Precisamente el propósito de Apply Magic Sauce es concienciar a los usuarios de la exposición a la que nos sometemos en Internet. No solo en las redes sociales sino a través de otro tipo de comunicaciones, como escribir un email. No todos los datos se usan para construir un perfil de nosotros, que posteriormente se usa para ametrallarnos con anuncios. Pero no cabe duda de que esta información contiene claves para definirnos de una forma inquietantemente precisa.

Volviendo al trabajo de la Universidad de Stanford, su algoritmo dio unos resultados asombrosos cuando se probó con otros usuarios. Solo con analizar 10 likes era capaz de evaluar a una persona como lo podría hacer un compañero de trabajo. Con 70 likes el software te conocía como te conocería un amigo. Y con 300 likes aquello ya se salía de todos los cánones. Los investigadores estimaron que en este caso su programa conocía mejor a esa persona que su propia pareja.