LOS LÍQUDIOS, FUNDAMENTALES PARA EL ORGANISMO
La deshidratación perjudica el rendimiento, la atención y la memoria a corto plazo
La falta de agua en el cuerpo humano hace que se produzca un descenso de las habilidades cognitivas. Además, puede provocar fatiga, somnolencia y riesgo de accidente laboral.

Publicidad
Más de 1.5000 expertos de la salud de diferentes lugares del Mundo se han dado cita en el I Congreso Internacional y III Nacional de Hidratación. El encuentro se ha convertido en centro de debate de 90 investigaciones sobre esta cuestión.
La parte más novedosa sobre la investigación de la hidratación es aquella que analiza cómo afecta al conocimiento. El presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación, Luis Serra-Majem, advierte de que el cuerpo pierde agua hasta al dormir. Según ha explicado, tras ocho horas de sueño, puede faltar entre un 1% y un 2% de líquido que, si no se repone, puede afectar "a la memoria, a la capacidad intelectual, sufrir falta de concentración, cansancio, riesgo de accidentes laborales y dolores de cabeza".
El catedrático de Mecicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas, Serra-Manjem, presenta en el Congreso una investigación que relaciona la falta de líquido en el organismo con las cefaleas, en especial en aquellas personas que no consumen las recomendaciones de ingesta diaria (2 litros para las mujeres y 2,5 litros para los hombres). También el agua afecta al estado anímico, sobre todo a los sectores más frágiles: niños y ancianos.
Al respecto, el presidente de la Sociedad Española de Nutrición y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, Ángel Gil, avisa de que uno de los estudios prueba que los ancianos más deprimidos son los que menos beben, mientras que aquellos más hidratados tiene mejor capacidad afectiva y cognitiva. "Los ancianos empiezan a no sentir la sensación de sed", expresa.
Gil añade que los ancianos más deprimidos son los que menos beben, mientras que aquellos más hidratados tiene mejor capacidad afectiva y cognitiva. "Los ancianos empiezan a no sentir la sensación de sed", ha apuntado Gil, y esa es una señal de alarma. Los niños son otro grupo de riesgo, en especial si pierden líquido por vómitos y diarreas, aunque en España existe una buena praxis pediátrica que evita situaciones límite.
Gil sostiene que "todas las bebidas hidratan, excepto las alcohólicas". Refrescos, infusiones, caldos, leche... contribuyen a la hidratación "pero no son indispensables" como lo es el agua. En caso de actividad física intensa o de enfermedad es conveniente reforzar con bebidas que favorezcan la reposición de electrolitos.
Publicidad