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NO TODO ES COMO NOS LO PINTAN

Los besos de película no son tan universales como Hollywood nos quiere hacer creer

No todas las sociedades del mundo utilizan el beso romántico como signo de atracción por otra persona. Un equipo de investigadores ha analizado las costumbres de 168 pueblos de todo el mundo para concluir que el gesto no es (ni mucho menos) universal.

Famosa fotografía de Alfred Eisenstaedt que retrata a un marinero estadounidense besando a una joven mujer vestida de blanco durante las celebraciones del Día de la Victoria sobre Japón en 1945.

"El beso de Times Square", Alfred Eisenstaedt Archivo

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Ya el ‘Kama Sutra’ (escrito, según los historiadores, entre los siglos II y V) tiene un capítulo entero dedicado a la técnica del beso. No sabemos si la pareja tailandesa formada por Ekkachai y Laksana Tiranarat lo habrá leído, pero ostentan el récord Guiness al más duradero: en febrero de 2013 unieron sus labios durante 58 horas, 35 minutos y 58 segundos.

Aunque estamos hartos de observar este acto romántico y sexual en las producciones hollywoodienses, lo cierto es que no se trata de una práctica universal. No en todos los lugares del mundo muestran su cariño y atracción por otra persona fundiendo sus bocas.

Esta es la conclusión a la que han llegado un par de investigadores de la Universidad de Nevada en Las Vegas (Estados Unidos), que han analizado la prevalencia del arrumaco en 168 pueblos de diferentes culturas. Su investigación aparece publicada en American Anthropologist.

Pese a que se ha cuestionado la universalidad del ósculo en otras ocasiones, el trabajo de estos expertos es el primero en tener en cuenta únicamente su carácter sexual. La especificación se basa en una lógica premisa: algunos pueblos pueden utilizar los labios para expresar cariño a sus seres queridos, pero no como muestra de atracción entre los miembros de una pareja.

¿Y cómo se define un beso romántico? Según estos sociólogos, cuando ambas personas ponen en contacto sus bocas, independientemente de la duración del acercamiento.

Han incluido en su estudio la información recogida en dos grandes bases de datos que reúnen documentos sobre la intrahistoria de diferentes pueblos. Por otro lado, han consultado a treinta expertos en etnografía (la ciencia que estudia las tradiciones y costumbres) para preguntarles si habían observado el fenómeno en sus investigaciones.

Los autores lograron así reunir información sobre más de un centenar de culturas “de distintas zonas geográficas, historia y estructura social”, aseguran en su artículo.

Tras toda esta labor de documentación y el análisis correspondiente, encontraron que solo los miembros de un 46% de los pueblos considerados (menos de la mitad) tenían el beso romántico como un hábito. En el resto, no encontraron ninguna evidencia de la práctica. 

Man Kissing Camel near Sphinx in Cairo

Por otro lado, y para completar el trabajo, han estudiado la relación entre el signo de atracción y la estructura de una sociedad. Dicen que su presencia está fuertemente relacionada con la complejidad cultural de los pueblos.

En opinión de los autores, existe una tendencia en la cultura occidental a pensar que cualquier comportamiento placentero es un estándar en todo el género humano. Una asunción que llevaría “a la creencia errónea de que los besos sexuales son universales”, escriben. Afortunadamente para los cinéfilos más románticos, está comprobado que en las películas de Hollywood los besos apasionados sí son (casi) una constante.

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