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¿EL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD?

Un científico ruso se auto-inyecta una bacteria de 3,5 millones de años

El jefe del Departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú y su equipo, descubrieron en el año 2009 en Siberia una longeva bacteria. El científico decidió experimentar consigo mismo inyectándose la Bacillus F, tras lo cual asegura haber notado un excelente estado de salud. Desde su desubrimiento, varios grupos de investigación han realizado ensayos en animales con esta bacteria con sorprendentes resultados en su longevidad. ¿Podríamos estar hablando del elixir de la eterna juventud?

Un científico ruso se auto-inyecta una bacteria de 3,5 millones de antigüedad

Asegura que trabaja durante más tiempo G+J

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¿Hemos encontrado el camino hacia la inmortalidad? Según Anatoli Brouchkov, jefe del Departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú, estamos cerca. El científico ha decidido auto-experimentar en su propio cuerpo los efectos de Bacillus F, una bacteria de 3,5 millones de años de antigüedad que él y su equipo descubrieron en 2009 en una montaña de Siberia. “Desde entonces trabajo durante más tiempo y no he padecido la gripe en los últimos dos años”, ha explicado el investigador en una entrevista concedida a la televisión rusa.

Obviamente, sus observaciones no tienen validez científica, ya que para ello se necesitarían hacer ensayos con muchos más individuos, y también controlar los efectos de otras variables. No sabemos si el excelente estado de salud del profesor Brouchkov en los últimos años se debe a la auto-inyección de la longeva bacteria en su cuerpo, o bien a otros factores como el estilo de vida o la dieta, por ejemplo.

Sin embargo, el científico no eligió esta bacteria por casualidad: desde su descubrimiento, varios grupos de investigación han llevado a cabo ensayos en animales, encontrando sorprendentes resultados sobre el impacto de la bacteria en su longevidad y fertilidad: "Hemos hecho experimentos con copépodos, con ratones, y con cultivos y células de sangre humana. En todos estos experimentos Bacillus F estimuló el crecimiento y también fortaleció el sistema inmunológico. Los experimentos en los eritrocitos y leucocitos humanos también han sido muy optimistas”, explica Sergey Petrov, jefe investigador del Centro Científico de Tyumen.

Un científico ruso se auto-inyecta una bacteria de 3,5 millones de antigüedad

En busca de la juventud eterna
¿Qué es lo que proporciona a esta bacteria su vitalidad y longevidad? Brouchkov y su equipo han descifrado el genoma completo de Bacillus F. Ahora, se enfrentan a la complicada tarea de averiguar qué genes son los responsables de las extraordinarias características de este organismo, y qué proteínas están protegiendo al ADN de los daños sufridos a lo largo del tiempo.

“Creo que existen bacterias inmortales, que pueden protegerse del daño celular. Nuestras células son incapaces de protegerse, por eso no viven eternamente”, explica el investigador, convencido de que las inyecciones de la bacteria nos ayudarían a aumentar nuestras defensas naturales a medida que envejecemos. “Si pudiéramos encontrar el mecanismo que explica por qué las bacterias se mantienen vivas, probablemente seríamos capaces de encontrar la cura que nos permita prolongar nuestra propia vida”, afirma.

¿Estará el elixir de la eterna juventud contenido en este ser microscópico? Aunque las perspectivas son buenas, aún queda mucho camino por recorrer. El auto-experimento de Brouchkov es tan solo una anécdota, y de momento aún tendremos que esperar tiempo hasta que los laboratorios y los estudios científicos nos den una respuesta definitiva.

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