La palabra intimidad se refiere al espacio interior y reservado de alguien, que en un acto de confianza o relación estrecha puede compartir con una o más personas. La nueva serie de Netflix 'Intimidad' precisamente explora lo que sucede cuando por traición o venganza se produce una intromisión en ese espacio íntimo. Y hemos hablado sobre ella con Laura Sarmiento, creadora de la ficción junto con Verónica Fernández.

Para situarnos, la serie sigue a Itziar Ituño (La casa de papel) en el papel de Malen, una política que está a punto de dar el salto a un puesto de poder como la alcaldía de Bilbao cuando se difunde un vídeo suyo manteniendo relaciones sexuales en una playa. En paralelo, también conocemos la historia de Ane, a la que da vida Verónica Echegui (3 caminos), una joven que se suicida por el acoso al que la someten sus compañeros de trabajo en una fábrica después de que comiencen a circular imágenes sexuales suyas.

Malen (Itziar Ituño) y Ane (Verónica Echegui) son dos de las protagonistas de 'Intimidad'

La historia inevitablemente nos recuerda al caso real de Verónica, la joven trabajadora de una fábrica de Iveco que acabó con su vida tras más de un mes soportando la presión de que entre sus compañeros circulasen varios vídeos sexuales suyos. Sucedió en mayo de 2019, pero la guionista Laura Sarmiento nos cuenta que para entonces la idea y el germen de la historia ya existían y ella y Verónica ya habían trabajado en ello. Aunque el caso no dio origen a la serie, la creadora sí que nos cuenta, en una conversación a través de videollamada, que la noticia les hizo ver que iban por el buen camino y que era necesario hablar de la violencia machista digital y el porno de venganza: "Fue algo tremendo que nos indicó mucho más la necesidad y la pertinencia de contar algo así". Porque sí, porque los delitos digitales o informáticos existen de manera generalizada, pero "se ejercen mucho más contra las mujeres". "Sobre todo el porno de venganza se ejerce mucho más sobre exnovias o exparejas sexuales y lo peor ya no es que se ejerza sino que eso sea una fantasía, que haya vídeos que —sean verdad o no— vendan esa idea de que a esa persona se le está exponiendo en contra de su voluntad y que eso sea atractivo para alguien, eso es tremendo", explica con preocupación Laura Sarmiento. Además, añade: "Es una falta de respeto que tiene que ver con la cosificación, la sexualización. Todo es como un sistema muy grande y eso es lo que quería contar en la serie".

En la ficción de ocho episodios encontramos a otras protagonistas afectadas por ese sistema machista y patriarcal. Son Begoña (Patricia Pérez Arnaiz), hermana de Ane que tras descubrir la posible causa del suicidio de su hermana tiene que plantearse si se embarca en una complicada lucha por hacer justicia. Junto a ella estará Alicia, una comisaria de policía a la que da vida Ana Wagener y que se encarga de este tipo de delitos. Con gran seguridad y aplomo en el trabajo, en lo personal luchará contra sus propias dudas. Y luego está Yune Nogueiras como Leire, la hija de Malen que lidiará en plena adolescencia con las consecuencias de las decisiones de sus padres frente al suceso y que también está ahí para recordarnos que no hay que dar nada por sentado. Junto a Malen también está Miren (Emma Suárez), una compañera de partido con la que la candidata comparte más cosas de las que cree.

Patricia Pérez Arnaiz interpreta a Begoña, la hermana de Ane ('Intimidad')

Que la serie esté ambientada en el sector de la política también tiene un por qué y es, según nos cuenta la guionista, por el interés de tratar el tema del ascenso al poder con el que se evidencia ese "cambio de papeles y de paradigma" cuando las mujeres acceden a puestos de poder. También les ha permitido mostrar el contraste entre los mundos de Malen y Ane. La primera, con recursos económicos y sociales, podría estar en teoría más protegida pero su vida puede quebrarse de la misma forma que lo hace la de Ane, más frágil por su situación laboral y social. Y eso es algo que vemos en casi todos los personajes, la fragilidad, las dudas, que no todo es blanco o negro y que las mujeres no somos superheroínas que tenemos que poder con todo. "No quería personajes que lucharan con facilidad, porque todo es complicado y tenemos cuestiones culturales que nos obstaculizan, nos hacen echarnos atrás porque tenemos más miedos y hay que aceptar también esa complejidad. Es más realista", explica Laura Sarmiento.

Poco a poco vamos viendo como las historias de todas estas mujeres van conectando formando una red. Y luego están los hombres de la serie que están junto o contra ellas. El desarrollo de algunos de estos papeles es especialmente interesante porque "no solo es importante exponer los problemas sino que hay que intentar plantear posibles caminos". Porque como recuerda Sarmiento, "los corsés de género son para todos y, aunque las mujeres seamos las más afectadas por el machismo, ellos tienen problemas, por ejemplo, a la hora de asumir cosas o de evolucionar porque también están imbricados en un sistema que les dice cómo tiene que ser un hombre".