Germán Aranda, periodista español que se encuentra de vacaciones en Marruecos, fue testigo del terremoto que ha acabado con más de 1.300 vidas. "Acababa de llegar al hotel un par de horas antes. Venía de una ruta turística en el desierto. Por unas horas no me pilló en pleno epicentro el terremoto", ha contado Aranda, quien ha señalado que estando en el hotel empezó a "sentir golpes en la pared, después temblores en el suelo" y, finalmente, vio "las paredes bailar". "Me costó unos segundos procesarlo, y en ese momento, salimos del hotel", ha recordado.

Sin embargo, el periodista ha destacado que "se generó una sensación de comunidad con la gente que estaba en la calle", mientras veían "algún edificio completamente totalmente hundido al lado". "El miedo llegó cuando estábamos en la calle y llegó un apagón. No vimos autoridades en ningún momento por allí. No se activó ningún protocolo para sacarnos de La Medina. Nos sentimos desamparados", ha lamentado.