En la primera fila, Urkullu, Mas y Núñez Feijoo, los tres a la derecha de la reina. En la primera fila porque así lo marca el protocolo: los presidentes autonómicos siempre se sientan por orden de constitución de los estatutos autonómicos. El más antiguo es el vasco, y por eso Urkullu era el primero. Él y Mas inician una conversación, dan la espalda a Feijoo y éste se queda descolgado, no sabe bien bien qué hacer.

Eso respecto al discurso de Felipe, en cambio su actitud fue distinta cuando el rey homenajeó a su madre, a la reina Sofía. Ahí sí que aplaudieron, cuando Felipe le agradeció su lealtad a España durante 38 años. Tampoco les importó saludar después a los reyes Felipe y Letizia en el salón de los Pasos Perdidos.

Mas también optó por quedarse de brazos cruzados cuando la nueva Familia Real salió del hemiciclo, y Urkullu ni siquiera apareció. Mas se quedó solo, optó por tocarse la nariz para pasar el trago, pero aún quedaba más.

Aún quedaba otro gesto del presidente catalán, que llegó minutos después en el Palacio Real. Saludó amablemente a los reyes con un "molta sort", mucha suerte, y después, en pleno besamanos, convocó a la prensa para explicar por qué se negó a aplaudirles, porque el discurso le sonó "repetitivo".