"Veo una enfermedad en la política española que yo no había conocido hasta ahora". Con estas palabras ha definido Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, la situación vivida en el Congreso este jueves con la votación de la reforma laboral. "Ahora no hay rivales, sino enemigos. No lo había vivido nunca como hasta ahora". En su análisis, el líder cántabro ha señalado que este caso concreto, el de la reforma laboral, supone "el paradigma que justifica la enfermedad absoluta de la política".

Revilla ha señalado que "todos en este país, sobre todo los que gobernamos, hemos venido soñando" con lograr un acuerdo en el que estén conformes todas las partes, como ha sucedido en el caso de la reforma laboral: "Nunca se había conseguido un consenso en una materia tan complicada como es poner de acuerdo al que paga y al que cobra". En este sentido, Revilla ha confesado que pensaba que el PP votaría a favor porque es "en teoría el partido que representa más a los empresarios".

En este punto, ha lamentado escuchar a según qué parlamentarios "decir que la reforma laboral sí le gusta, pero no quien la presenta", algo "terrible" para el presidente autonómico: "Algo que es bueno para España no se vota porque lo presente uno y otro. Si es una cosa buena para España, me da igual que lo presente el diablo que Dios. Hemos visto hasta qué punto, con tal de no dar baza al que está gobernando ni que se apunte un tanto, se actúe así".