La primera fue Baldomera Larra, pionera del pufo español. En el siglo XIX fue condenada por prometer intereses de hasta el doble y fugarse con la pasta. Su fórmula sigue vigente: “pagaba los intereses de los primeros impositores con las cantidades que entregaban los últimos”. 

Desde entonces han sido muchos los que han dominado las reglas fundamentales del timo ibérico. Esta es una guía del perfecto vendedor de humo:

Primera norma: "Encuentra tu idea" y repitela mil veces. Una filosofía que suene muy bien pero que en realidad diga muy poco. Después hay que venderla con entusiasmo, mucho entusiasmo. Como el del hombre que trajo a España Telexfree, una estafa que ha arruinado a 50.000 españoles desde 2012.

Pero lo importante, lo que de verdad es clave para ser un exitoso vendedor de humo es la regla número dos de nuestra lista: "Promete lo imposible". 

Ahora ya tienes en el bolsillo a los incautos y es hora de pensar en ti. Tercera regla para vender humo: Quédate con el dinero: cómprate algo bonito. Como el dueño de Gescartera que nadaba en 80 millones de sus clientes y usaba calzoncillos de Hermés de 250 euros.

Y así llegamos a la cuarta norma de la guía del vendedor de humo: Cuando alguien empiece a darse cuenta de que algo no funciona, ¡niégalo todo! Una vez como Gowex. O 1000 como los de Forum y Afinsa. Y mientras dices que no y que no, vas planificando cuidadosamente tu salida.

Es el quinto mandamiento de los vendedores de humo: “Prepara tu huida”. Vende acciones como el expresidente de Pescanova o busca más dinero para salvar los muebles. 

Pero cuando todo se venga abajo. Cuando todos descubran el pastel, aplica la sexta regla del vendedor de humo. No te arrugues. Defiende tu honor aunque tu caja haya colocado 3.000 millones euros en preferentes a pequeños ahorradores.

Indígnate, hazte la víctima. Y para terminar memoriza la última regla de esta guía: “Prepara tu siguiente golpe”.

Porque para un verdadero vendedor de humo: nunca, nunca es suficiente.