La capacidad para pasar inadvertido muchas veces puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte en el oficio de espía. Por eso, Jaime Rocha y Fernando San Agustín, dos exagentes de la inteligencia española, entrenaban para ello, convirtiéndose en algo parecido a actores de teatro.

En el caso de Fernando San Agustin, señala que "yo era otra persona. Trabajaba en un trabajo que no era el mío, cortejando a una mujer que no es la tuya". Por su parte, Jaime Rocha recuerda un curioso episodio que vivió en una cafetería de Madrid: "Vi a dos personas que me conocían por un nombre distinto. Me tuve que ir corriendo, porque si uno me llama Julián y otro José ya la hemos liado".

Los dos exespías explican a laSexta Columna los efectos que tenía esta 'doble vida' en sus relaciones personales: "Por mi familia sí que he tenido miedo, por eso los he tenido al margen siempre", afirma Rocha en el vídeo sobre estas líneas.

¿Cómo fueron reclutados?

En este vídeo, dos exespías explican cómo, casi sin darse cuenta, fueron reclutados para el servicio de inteligencia español y cuál fue su primera misión como agentes.