Tanta pelea política tiene consecuencias en la calidad de nuestra educación, porque España suspende en el gran examen internacional sobre enseñanza. El informe PISA, el estudio educativo más importante del mundo, sitúa a España en el puesto 33 de los 65 estados evaluados. Por detrás de Grecia, Eslovenia y Portugal y muy por debajo de Polonia.

¿Por qué España fracasa en educación?
Los datos dicen que no es un problema de dinero? Aunque cada año gastamos menos en enseñanza, seguimos estando por encima de la media: 7.600 euros por alumno al año, un 17,5% más que el promedio de la OCDE (6.270 euros).

El número de horas lectivas en nuestras escuelas de secundaria también es mayor: un 12% más que la media y casi el 30% más de horas que la modélica Suecia (29,43%). Incluso el número de alumnos por clase es menor que la media: en primaria 19,9 niños en España, frente a los 21,3 de media.

Para algunos, el otro culpable del bajo rendimiento de los estudiantes españoles son los profesores. Los recortes se han golpeado muy duro a este colectivo, devaluando la calidad de su trabajo. Sus jornadas han aumentado y su sueldo ha caído. Imparten materias en las que no se han especializado y  no son sustituidos cuando se ponen enfermos. Además se critica su falta de preparación y, a veces, de vocación.