Europa promociona y subvenciona la carne, a la vez que invierte una enorme cantidad de dinero para destacar "el orgullo de comer carne de vacuno" y que critica que haya nuevas formas de alimentarse que se olvidan "sin criterio y base científica" de la carne roja.
Según Lucía Martínez, dietista-nutricionista y directora de Centro Aleris, no se cuenta "el daño medioambiental y las condiciones deplorables" en las que viven los animales en la factura que llega al consumidor.
¿Y qué podemos hacer para reducir el consumo de carne? Pese a las "anecdóticas" alternativas que se han visto con la carne de laboratorio, queda por ver cómo será la transición para convertirlas de gran consumo.