El secreto bancario se consolida en una ley de 1934 con la excusa de que los judíos puedan proteger su patrimonio de la persecución de Hitler. Pero muy pronto se ve, no es más que eso, una excusa. Muchos nazis aprovechan el secreto bancario para esconder sus propios botines. Dictadores, narcotraficantes, políticos corruptos y empresarios sin escrúpulos se convierten en suizos de nuevo cuño. Todos quieren guardar sus fortunas en un país que les protege.

Muy pocos se atreven a violar el sacrosanto secreto bancario. Y quien lo hace es perseguido. Suiza protege a los que esconden allí su dinero. Buena parte de su riqueza depende de ello.

Pero gracias a las filtraciones de algunos ex empleados de banca, y a la acción de un puñado de jueces, se conoce la identidad de algunos de ellos. Y los hay de todo el mundo. Es entonces cuando en este cuento aparecen nuevos personajes. Todos llegados de la cálida España dispuestos a disfrutar del mágico mundo del secreto bancario. 

El primero de ellos luce su sangre azul por los bancos del país. Es Iñaki Urdangarín, 'El duque encausado', un español orgulloso que durante años defendió la camiseta y la bandera española. El hombre al que todos admiraban y querían hasta que estalla el Caso Nóos.

El galán de este cuento es Luis Bárcenas, 'El Guardián del Tesoro'. El encargado de las finanzas del PP durante más de 20 años y enamorado sin par de las bondades bancarias suizas. Bárcenas llegó a acumular 47 millones de euros en varias cuentas en Suiza. Hacienda le acusa de defraudar, al menos, once millones y medio de euros sólo por el impuesto sobre la renta y el de patrimonio entre 2000 y 2009. Según la investigación, el extesorero habría amasado gran parte de esa enorme fortuna gracias a sus tejemanejes con los cabecillas de una famosa trama corrupta: el ‘Caso Gürtel’. 

Son los siguientes protagonistas de este cuento que empezó siendo de hadas pero que ha acabado con Alí Babá dirigiendo a su banda. El jefe. Francisco Correa. Entre sus secuaces, Pablo Crespo, exsecretario de organización del PP gallego, o El Albondiguilla, exalcalde popular de Boadilla.

Correa y Crespo tenían cuentas a las que presuntamente desviaban parte del dinero que ganaban. Junto a ellos, también eran clientes de bancos suizos otros miembros menos conocidos de la trama: el exsenador y sobrino de Manuel Fraga, Luis Fraga, amigo íntimo de Bárcenas; el exalcalde de Boadilla del Monte o el de Majadahonda, conocido como “El Rata”.

También Alberto López Viejo, consejero de la Comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre, quien decía que "le salió rana". Y no fue el único. Francisco Granados, exsecretario general del PP en Madrid, es el último político pillado con cuenta en Suiza. En su caso, tuvo más de un millón y medio de euros en ella. Cuando se supo, primero intentó negarlo. Pero enseguida rectifica y reconoce haber tenido la cuenta. Pero matiza: "Fue durante los años que trabajó en banca de inversión. Y la cerró antes de entrar en política". A diferencia de otros personajes como Bárcenas, él no recibió el cariño de sus compañeros. Eso le llevó a dimitir como senador.

Todo cuento tiene su gran trol y todo trol su guarida. En este, Gerardo Díaz Ferrán es el monstruo del fraude fiscal. Su guarida: Soto del Real. Fue durante años el presidente de los empresarios de España y era aclamado a pesar de sus problemas con la Justicia. Hoy vive en la cárcel acusado, entre otras cosas, de vaciar sus empresas de forma ilegal y esconder el dinero. También de fraude fiscal, asociación criminal o blanqueo de capitales. Se le acusa de haberse llevado parte del dinero de sus empresas quebradas a Suiza.