A Anabel sólo le queda probar suerte con las ofertas de empleo que publican los periódicos. Pero sus probabilidades de reengancharse al mercado laboral son remotas. Trabajadores con mayor cualificación que ella buscan empleo a través del mismo método, como Jordi.

Jordi estudió Ingeniería de Telecomunicaciones y epresenta al nuevo perfil de parado que llega en 2011: con estudios superiores, contrato fijo y sueldo muy por encima de la media. Cuando terminó la carrera de ingeniería en 1981 pudo escoger dónde trabajar. Justo tres décadas después se ve en el paro por primera vez en su vida. "A pesar de la experiencia, es imposible encontrar trabajo", se lamenta,

Jordi dedica el día a imprimir una y otra vez su currículum. Es lo mismo que hace cada día Francisco José. Él representa la democratización total a la que el paro llega en 2012, hasta hace unos meses era el jefe de Recursos Humanos de su empresa pero de un día para otro Francesc pasa de despedir a ser despedido.

Hasta que llegó su turno. También su mujer está a punto de irse a la calle. Jamás imaginaron que personas de clase alta como ellos acabaran en la calle. "No recibes ni una sola respuesta de todos los correos que mandas", asegura.

Según la última Encuesta de Población Activa, correspondiente al cuarto trimestre de 2012, en España hay 5.965.400 desempleados. Uno de cada cuatro trabajadores está en paro y no se libra casi ningún sector, sea cual sea el nivel social o de estudios del trabajador. El miedo a ser el próximo se ha extendido por todas las capas de la sociedad y eso tiene consecuencias en los derechos laborales.