El juicio que recuerda con más tensión que ha presidido Gómez Bermúdez fue, sin discusión, el 11-M. “Es el juicio más duro de mi vida y si tuviera varias vidas, de varias vidas”. Y el YAK-42, que fue un juicio muy especial también.

Jordi Évole le pone un vídeo de Mariano Rajoy donde se compromete a perseguir la corrupción. Al juez le parece que lleva razón. No duda de la buena voluntad del Gobierno para acabar con ella. Asegura que “hay que trabajar en quitarle el bien económico al corrupto. Que no disfrute de ese beneficio”. La justicia “hace grandes esfuerzos para ello”.

El juez comenta que hay que hacer una ley de recuperación de activos que permita que el que delinca para obtener un beneficio económico, tenga su primer castigo “que no tenga beneficio económico y que además viva sin un duro”, porque hay a muchos delincuentes económicos a los que les merece la pena estar seis años en la cárcel y disfrutar de 100.000 euros cuando salgan de la cárcel. “Es sorprendente la facilidad con la que se sale de prisión por parte de los delincuentes económicos”, asegura.

Esto pasa porque la administración penitenciaria les concede el tercer grado a los delincuentes económicos, llamados ‘white collar’.

Como juez experto en fraude, la medida de la amnistía fiscal decretada por el Gobierno, no valora los actos del Gobiernos salvo ciudadano y no opina en público. “Yo no soy un ciudadano, soy juez las 24 horas”.