El 3 de marzo del corriente 2013, la propia asociación de víctimas estrenaba un nuevo capítulo de su serie-documental '0 responsables'. La plataforma pretende dar voz a una tragedia que trató de darse por olvidada tras una breve comisión de investigación. La investigación no tuvo demasiado recorrido en el tiempo, pero las irregularidades, dudas y sombras sobre los hechos mueven la acción de víctimas y familiares.

El accidente coincidió en fechas con la visita del papa Benedicto XVI a Valencia y las noticias se solapaban de tal manera que los hechos del metro se vieron relegados a un segundo plano. Ahora, a través de ‘La estrategia del silencio’ -así es como han nombrado uno de sus capítulos más reveladores-, las víctimas tratan de hacer ver cómo la radiotelevisión autonómica de Valencia (RTVV) trabajó en reducir al máximo el impacto de la noticia.

Imagen del convoy siniestrado

La cadena de televisión Canal 9 (RTVV) colaboró en silenciar el accidente. Ni siquiera modificaron la programación prevista para hacer una cobertura especial de la catástrofe, tal y como procedieron la mayoría de cadenas nacional. En palabras de Frederic Ferri, entonces editor de informativos de la televisión valenciana, “Canal 9 no cortó la información y no hizo un despliegue que podía hacer perfectamente, es porque había una decisión desde la línea editorial y desde la casa de no interrumpir la programación”.

“La cobertura del papa era intocable”, continúa Ferri, actual presentador del canal 24 horas de la televisión valencia ‘Nou24’. La estrategia de la cadena era clara. “El director marca la pauta y ya está; los 14 ó 15 primeros minutos debían ser de la visita del papa”, sentencia el propio Frederic Ferri. Sus palabras son clara muestra del déficit informativo que rodeó al accidente y de que las directrices en torno a su cobertura venían de muy arriba.

La versión de RTVV sobre el accidente coincidió de pleno con la que salió de la comisión de investigación de la tragedia. La televisión valenciana aseguró que se el accidente fue “fortuito y motivado por una combinación de factores imprevisibles que sólo pasa una vez en la vida”. Cierto o no, lo palpable es que Canal 9 nunca interrumpió la programación prevista, aplicó una mayor cobertura a la visita del papa y sólo ofreció un informativo especial horas después de la catástrofe.

'Antes que el accidente en el metro, la cobertura del papa era intocable'

¿Por qué y cómo ocurrió el accidente?

Pese a los déficits que atañen a la investigación en torno a la tragedia de aquel 3 de julio de 2006, sí se han podido conocer datos oficiales a partir de la caja negra del convoy en el que acabaron falleciendo 43 personas. La versión oficial del Comité de Seguridad de Circulación de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) revela que el tren circulaba a unos 80 km/h, el doble de lo permitido en el tramo donde se produjo el accidente.

80 km/h es la velocidad máxima que podía alcanzar este tipo de tren, por lo que la Generalitat no tardó en barajar la hipótesis de que el maquinista –víctima mortal del accidente- sufriera “algún tipo de inconsciencia o indisposición que impidiera su reacción”, tal y como aseguró José Ramón García Antón, entonces conceller de Infraestructuras y Transporte.

En principio, el accidente ocurría en una curva donde la velocidad máxima de cualquier convoy no debería sobrepasar los 40 km/h pero, al parecer, el exceso de velocidad quedó registrado poco antes del descarrilamiento. Fernando Soto, secretario general del Sindicato Ferroviario (SF), hizo públicos varios detalles extraídos de la información de la caja negra: “El conductor apretó casi a fondo el acelerador y justo antes del accidente lo accionó hacia atrás para tratar de rebajar la velocidad”.

Consecuencias del accidente

43 muertos y casi medio centenar de heridos graves. Con eso se dice prácticamente todo pero, aunque escasa, el accidente de metro de Valencia tuvo repercusión. Marisa Gracia, gerente de Ferrocarriles de Valencia (FGV), era destituida de su cargo seis años y cuatro meses después del accidente tras haber sido relacionada con una supuesta manipulación del testimonio de los técnicos en la Comisión Parlamentaria de las Cortes Valencianas.

La Justicia valenciana archivaba el caso a finales de 2007 y la Audiencia Provincial en mayo de 2008. Los tribunales decidieron dar por extinguida la responsabilidad penal tras el fallecimiento del maquinista del convoy, el único que podía haber sido acusado de algo. La versión oficial se daba a conocer: “Fue un accidente imprevisible e inexplicable”.