"Cuando he entrado me he quedado asombrado", comentaba Emilio, el dueño del restaurante llamado hasta entonces 'La cueva de Juan', rebautizado como, simplemente, 'La cueva'. La intención del equipo de reformas, según explicaba Alberto Chicote, era recrear el espacio de una cueva, pero con un aire más luminoso y acogedor.

Un momento feliz al que Emilio se encargó de poner la banda sonora, nada más y nada menos que con la música de la película 'Titanic', "pero esto no se va a hundir", bromeaba ante las cámaras.

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de Pesadilla en la cocina.

Otros momentos destacados

Uno de los momentos más tensos vividos durante la grabación tuvo lugar durante esta conversación entre Alberto Chicote, Emilio y Carlos, el encargado del restaurante. "No llego a final de mes, porque no cobro lo suficiente", reconocía Carlos en esta charla, pero para Emilio, esto no era cierto. "La situación laboral de Carlos me parece tremendamente injusta", reprochaba Chicote al dueño. "Él tiene un contrato de 20 o 25 horas semanales que no se cumplen nunca". "Cuando quieras contamos las horas que haces", amenazaba Emilio a Carlos. La conversación comenzó en ese momento a ponerse muy tensa.

En la primera toma de contacto con el restaurante, Alberto Chicote alucinaba con la suciedad de la cocina. "No he visto una sartén con tanta mierda nunca", afirmaba. Toda la cocina en general estaba repleta de óxido y de mugre. "Esto es de terroristas. Hacer esto es jugar con la salud de la gente", les advertía el chef. Además, el personal tenía que ingeniárselas para poder llevar a cabo su trabajo por no contar con los materiales óptimos para ello. "Las chuletas las corto con un hacha y una maza de la obra, porque no hay nada para cortar", le contaba Carlos a Chicote.

Ante un desastroso segundo servicio, en el que los comensales estaban más que descontentos con la calidad de la comida de 'La cueva de Juan', Emilio estallaba y decidía echar el cierre. Y así se lo comunicaba a sus sorprendidos clientes.

Emilio se veía obligado a 'echar el cierre' de La Cueva de Juan de forma temporal hasta que el chef del programa pudiera reflotarlo.