Alberto Chicote, a lo Indiana Jones

Un complejo caso en el que nada es lo que parece. Así es el Cool Palace, el fastuoso restaurante persa que visita Pesadilla en la cocina tras la llamada de socorro a Alberto Chicote de un matrimonio iraní acuciado por las deudas y desesperado ante el fracaso del proyecto de sus vidas.

Ubicado en Rivas Vaciamadrid, al sureste de la capital, el Cool Palace nació hace varios años con la ambición de convertirse en el restaurante persa más importante de Europa. En un intento de simular el antiguo Imperio Persa a lo grande, su dueño, Farid, invirtió 1 millón de euros en una faraónica decoración demasiado ostentosa y arriesgada: columnas talladas a mano por un famoso escultor iraní, sillas venidas de Oriente Medio, una barra forrada en cobre completamente artesanal, una colorida cúpula de carísimas vidrieras…

Sin embargo, tal despilfarro de esfuerzo y dinero no surtió efecto alguno y, hace unos meses, Farid decidió reinventarse y ofrecer en el Cool Palace una nueva oferta gastronómica: tapas españolas y comida mediterránea bajo un techo de lujo persa e imponencia iraní. Una extrañísima combinación que provoca el rechazo entre una clientela a la que no le cuadra la decoración con el tipo de comida y que no encuentra ningún motivo por el que entrar en el restaurante o repetir si ha tomado la incauta decisión de entrar.

El caos reina en sala y cocina
A la falta de identidad del Cool Palace y la confusión que genera su decoración y carta se le suman problemas todavía más graves. El servicio es pésimo, los camareros toman mal las comandas, la coordinación entre sala y cocina es nula, los cocineros confunden pedidos y, si hay algo de estrés, los fogones se colapsan. Además el peculiarísimo equipo de camareros intenta engañar a Chicote una y otra vez.

Los gritos, la desidia y la falta de respeto están a la orden del día. La comida es de baja calidad y los nombres de los platos demasiado largos y pretenciosos para un clásico menú del día. En el Cool Palace el caos en la organización del restaurante es total y Farid no es capaz de dirigir con claridad. Está perdido, se siente fracasado y es consciente de ser el del mal funcionamiento del negocio debido a sus constantes decisiones equivocadas.

Un encargo complejo para Alberto Chicote y el equipo de Pesadilla en la cocina. El chef tendrá que lidiar con una decoración completamente opuesta a la oferta gastronómica y con un equipo de sala y cocina que se encuentra en las antípodas de todo buen profesional de la hostelería. ¿Será capaz de devolverle a Farid el coraje para que retome las riendas del restaurante y de su vida? ¿Podrá unificar decoración y carta para que el Cool Palace resulte atractivo a los clientes? ¿Conseguirá que los camareros se tomen en serio su trabajo y que la cocina funcione como un reloj en calidad y organización?