Esclavitud a pocos kilómetros de Madrid. Una empresaria de Brunete, acusada de explotar a 44 personas. Hacinados como animales, trabajaban en condiciones penosas e incluso dormían junto a las máquinas de coser.
La Policía Nacional detuvo a una empresaria textil que hacinaba en dos talleres de la localidad madrileña de Brunete a 44 trabajadores, la mayoría chinos y más de la mitad sin contrato, y a los que alquilaba habitaciones para dormir en la parte superior de uno de sus establecimientos.
La detenida, de 58 años y nacionalidad española, podría enfrentarse a una sanción de 150.000 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que de los 44 empleados solo 17 estaban contratados y dados de alta en la Seguridad Social.
"Ellos pueden entrar a España y residir como quieran, pero no pueden trabajar, estaban de prueba hasta enero", así justifica el hecho de que los 15 trabajadores extranjeros no estuvieran dados de alta en la Seguridad Social.
"No es un taller ilegal, he tenido la imprudencia de no darles de alta en la seguridad social", asegura María. Pero lo que llama una imprudencia es un delito contra el derecho de los trabajadores.
La Policía ha calificado las condiciones laborales como "lamentables" y ha considerado que, además, el "negocio" de la arrestada era "pleno" al aprovechar la parte superior de uno de los talleres como hostal para alquilar las habitaciones a sus trabajadores.
Las investigaciones comenzaron hace dos meses cuando la Policía Local de Brunete informó de la existencia de dos talleres dedicados a la confección textil que se ubicaban en garajes y carecían de los permisos necesarios.
Además existía la sospecha de que varios ciudadanos extranjeros podían estar siendo explotados laboralmente en eso lugares. Tras varias investigaciones, se descubrió que numerosas personas de origen marroquí, rumano y chino accedían a los garajes por una puerta.
Los agentes también observaron que los ciudadanos chinos, la mayoría de los presuntamente explotados, apenas salían a la calle puesto que permanecían en la parte superior de uno de los talleres.
Finalmente los agentes entraron en los dos talleres y hallaron allí a 44 personas "en pésimas condiciones", junto con máquinas de coser, centros de planchado y cantidades "ingentes" de telas preparadas y cortadas para su confección de conocidas marcas comerciales.
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