En 1997 el doctor Fernando Chacón patenta una cura contra el cáncer y su hijo, Rafael Chacón la comienza a comercializarlo también como cura contra el Sida y la hepatitis.  El producto fue financiado por la Seguridad Social y más de 2.000 pacientes lo consumían satisfechos.

Pero, en 2002 el Ministerio de Sanidad dirigido por Ana Pastor denunció la venta sin permiso sanitario y prohibió su comercialización. Luego comenzó la operación de captura a los responsables de fabricar y comercializar el producto con un despliegue policial en el que se detuvo a 23 personas, entre ellas el doctor Chacón y 12 médicos más.

La vivienda del doctor era la fraudulenta base de operaciones. En la nevera de se conservaba el producto junto a otros restos de comida. Tras el despliegue policial la Guarida Civil también intervino el laboratorio clandestino donde se llegaron a fabricar 84 mil botes de Bio-Bac, ninguno cumplía las garantías sanitarias.

Esta operación  fue muy polémica porque los enfermos se echaron a las calles reclamando al Gobierno su vuelta a la comercialización. Hubo manifestaciones y encierros para pedir la incorporación del producto que era milagroso para los enfermos y placebo para la ciencia.

Con el producto el doctor Chacón y su hijo llegaron a ganar casi dos millones de euros. Tras 12 años de investigación los culpables irán a juicio acusados de incumplir todas las normas sanitarias de producción y distribución. El fiscal pide cinco años y medio de prisión para el doctor Chacón y una multa case de 300.000 euros. Se le acusa de un delito contra la salud pública y por crear esperanzas irreales en enfermos graves.