Las respuestas políticas del patriarca de los Pujol en el Parlament tendrán que esperar a que el mayor de sus hijos responda por los delitos que se le imputan. Ese sería la estrategia que ha llevado al expresident a retrasar su comparecencia para dar explicaciones.
Su hijo Pujol Ferrusola se sentará ante Ruz el 15 de septiembre y tendrá que dar explicaciones de los más de 17 millones de euros que facturaron sus empresas entre 2002 y 2012. Porque los informes de la Policía y los testimonios de algunos empresarios apuntan a que ese dinero se obtuvo de forma ilícita.
27 servicios de asesoría a empresas, todas contratistas de la Generalitat, por los que Pujol Ferrusola facturó siete millones de euros y que a la policía no le encajan. Y no le encajan porque en la mayoría de los casos no hay contratos que acrediten esos trabajos.
Porque muchas veces el mayor de los Pujol recibía cantidades astronómicas de dinero por hacer una simple llamada. En el informe remitido al juez la Policía, concluye que Jordi Pujol Ferrusola cobraba por no hacer nada.
En otro ejemplo Pujol Ferrusola cobró por asesorar en la compra de un edificio en Madrid. El propietario declaró que nunca había hablado con ningún intermediario para la venta de su propiedad.
Y así una larga lista de trabajos a los que la Policía no encuentra justificación. También tendrá que explicarle a Ruz de donde obtuvo los casi tres millones de euros con los que pagó en mano, su casa de Pedralbes.
Tiene trabajo el magistrado de la Audiencia Nacional porque también preguntará a Pujol hijo sobre dos operaciones de compraventa de terrenos de una empresa de residuos por las que se embolsó diez millones de euros.