En volandas ha desalojado la Guardia Civil a los vecinos de Sarria acampados en la ribera del pueblo hace un mes. Querían evitar que el Ayuntamiento talara los 170 árboles de este malecon y pusiera en marcha el plan de encauzamiento del río Sarria.
Los miembros de la plataforma han ocupado el Ayuntamiento, acusan al alcalde de no cumplir con las modificaciones del proyecto propuestas por la plataforma y aceptadas por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
El ayuntamiento se había comprometido a talar sólo los árboles que estuvieran enfermos, pero según los vecinos, aún en el caso de que esos árboles estuvieran enfermos, se está incumpliendo la normativa que regula la tala de árboles para evitar plagas. Por eso han puesto una denuncia ante el Seprona.
Han ganado una batalla, aunque no la guerra: han conseguido que una jueza paralice la tala durante tres días. El alcalde ha anunciado que ya se ha cedido demasiado. Hasta el punto de renunciar a la parte del plan que evitaría las inundaciones en la localidad. En sus propias palabras, "si se hubiera hecho las obras como estaba inicialmente completa hubiera resuelto de forma más clara el problema de las inundaciones. Pero se queda pendiente esta fase de la obra precisamente par atender las cuestiones medioambientales".
Se pasará entonces a la segunda fase: crear nuevos espacios con carácter recreativo y de ocio; según el plan publicado por el Ministerio de Medio Ambiente.
La plataforma ya ha anunciado nuevas movilizaciones y acciones legales para evitar que su pueblo se convierta en un jardín de cemento.
SU LUCHA NO HA SERVIDO, POR EL MOMENTO, PARA NADA