El primer paso consiste en reconocerlo, como le pasó a Rajoy en el programa 'Tengo una pregunta para usted', donde contó que no hablaba inglés. Lo segundo, intentar aprenderlo, como aseguraba Rajoy, "dedico tres horas diarias al inglés". Y mientras tanto, tirar de nuestro mejor amigo, el traductor simultáneo.
Un ejemplo de aprendizaje es el del expresidente Aznar, antes con un inglés que podría calificarse de 'chapucero', y más tarde, como sus abdominales, evolucionó y empezó a dar cotizadísimas charlas en Estados Unidos.
Tampoco se le dio demasiado bien a Zapatero, que en ocasiones, ni con traductor era capaz de contestar a las preguntas formuladas.
Y si hasta ahora hemos visto caer en el infierno del inglés a políticos y a un futbolista, no está de más recordar a alguien que estaba a medio camino entre los dos. Como el famoso "cómo se dice, Champions League" de Jesús Gil, todo un abanderado del spanglish.
Aunque para lo que hay que oír, a veces es mejor que no salgan las palabras. En fin, lo de trabarse les pasa hasta a los más internacionales, como a Rafa Nadal, Emilio Botín, Paz vega
Sólo con el estudio conseguiremos que Emilio Botín no dé sus mensajes a lo Sergio Ramos, que los españoles salgan a buscar trabajo más preparados, y que todos los spanglish hablantes cumplamos nuestro propósito de Año Nuevo de mejorar los idiomas.
"Hay que estar hecho de una pasta especial"
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