Un millón de monedas de plata y muchos metales preciosos, es lo que transportaba este barco cuando se hundió en 1631. Unas riquezas que han buscado los cazatesoros durante décadas.

Pero esto se ha acabado. A partir de junio serán México y España los encargados de encontrarlas. El próximo día 9 los dos gobiernos firmaran un acuerdo para trabajar juntos en la investigación y conservación del Patrimonio Cultural Subacuático.

Es decir, para convertirse ellos en los cazatesoros y buscar los tesoros que algún día se perdieron en el agua. ¿Y eso porque? Pues parece que el motivo de la alianza viene de lejos, de muy lejos. Concretamente como les contábamos de 1631 cuando el Juncal, un navío de la flota de la Nueva España naufragó en estas aguas cercanas a México.

El buque había zarpado sobrecargado, con goteras y en una época de temporales. Tras 15 días navegando, la nave se hundió, sólo hubo 39 supervivientes. Y la plata que transportaba se perdió en las aguas del Atlántico. Muchos lo han buscado, pero nadie lo ha encontrado.

Durante años México ha asegurado que las riquezas eran suyas por eso de perderse en aguas mejicanas, y España lo propio por tratarse de un barco español. Ahora este acuerdo reforzará la investigación del Juncal y sellará la pugna entre los dos países por saber de quién son los restos de esta nave. Eso sí, el negocio se ha acabado para los cazatesoros que ya no podrán buscar a sus anchas las riquezas sumergidas en las aguas del Atlántico.