La sociedad española conoció el consumo y de manera paralela conoció El Corte Inglés en los años 60. Fue desde entonces cuando la compañía comenzó a adoptar una política comercial con el objetivo de satisfacer al cliente. Implantó entonces algo hasta la fecha desconocido: una tarjeta de compra propia gratuita que permitía por primera vez pagar a plazos y que otorgaba cierta distinción a quien la llevaba.

Ya en los años 80 esta tarjeta tenía más usuarios que ninguna otra tarjeta de crédito en España. En este sentido, Hilario Alfaro, presidente de comerciantes de Madrid, afirma: “Nos obligó al resto de los formatos comerciales a echarle imaginación y a competir sanamente con ellos”.

Pero si El Corte Inglés cambió la forma de consumir de miles de españoles fue en parte por una política que buscaba fidelizar al cliente. El centro comercial permitía que si no le gustaba algo, pudiese devolverlo sin más y el consumidor podía invertir el dinero en cualquiera de las muchas secciones que había en sus centros.

Aunque en la actualidad se vea como algo rutinario, El Corte Inglés fue pionero en introducir el concepto de “rebajas”. También fueron innovaciones comerciales de este grupo el uso de publicidad, las campañas de comunicación masivas para atraer a los clientes o la informatización en el punto de venta.