El frigorífico, el colchón, cualquier cosa valía para taponar la puerta e impedir el desahucio de Beatriz y su hijo. A toda prisa han guardado todo lo posible en bolsas porque los policías han llegado hora y media antes de lo previsto. Mientras, los vecinos apoyaban a esta mujer de 30 años y un hijo de seis.

Beatriz Yuste tuvo que buscarse la vida, en el mes de agosto ocupó un piso vacío en el barrio madrileño de Usera, desde entonces lo okupa. La casa, propiedad de Bankia, llevaba meses vacía. Yuste la reformó para poder vivir en ella, pero ahora, ha estado a punto de perderla.

A pesar de que el desalojo parecía inminente, finalmente la Policía se ha marchado y, por ahora, Yuste puede respirar tranquila. El desahucio tendrá lugar el próximo 25 de julio, sin embargo, Beatriz Yuste seguirá luchando. Según ella misma ha declarado, tiene previsto "luchar por su hijo".