La mujer de Bárcenas no va a poder pagar la fianza. El tiempo se acaba y Rosalía no tiene con qué afrontar el pago de seis millones. Si no los consigue reunir le espera el embargo.
A Rosalía Iglesias se le acaba el tiempo, el plazo del que disponía para abonar los seis millones de euros que el Juez Ruz le pide como fianza por responsabilidad civil llega a su fin y ella, como ya advirtió, no tiene dinero.
De no pagar esta semana, sus cuentas, sus bienes y hasta sus bolsos serían embargados hasta llegar a esa cantidad. Pero, ¿qué es lo que habría llevado a Rosalía Iglesias a esta situación desesperada?
Pablo Ruz lo tendría muy claro, delito contra la Hacienda Pública, no pagar el IRPF correspondiente a los años 2002, 2003 y 2004. También un delito de estafa procesal en grado de tentativa, intentar engañar al juez diciéndole que un ingreso de 500.000 euros en su cuenta provenía de la venta de obras de arte, algo que desmintió hasta la presunta pintora. Además, un delito de falsedad el documento mercantil, firmar contratos que no correspondían con la realidad. Por último, un delito de cooperación en el blanqueo de capitales por ayudar a su marido a evadir dinero procedente de bancos de Suiza.
Rosalía Iglesias habría forjado su carrera delictiva gracias a su papel de abnegada esposa. Ante el juez ya afirmó lo siguiente: "Cuando mi marido me dice que firme algo, tiene mi autorización, mi beneplácito, mi todo y por supuesto mi firma".
Sin embargo, también le dejó claro que no era ignorante, "no soy tonta ni muchísimo menos, pero en mi casa, en mi familia, en la familia que nosotros hemos formado, hay distribución de papeles"
Y cuando de papeles se trata, no hay duda que Don Luís es un experto. A ella, en cambio, se le nota algo menos desenvuelta en esos ambientes, "no es un banco como en España, donde entras y ves un banco, yo he entrado en dos o tres ocasiones, en un sitio donde son unas oficinas", decía sobre los bancos en Suiza.
De 53 años, de Astorga y discreta, muy discreta. Conoció a Luís Bárcenas en el Partido Popular. Ella atendía las llamadas y él estaba llamado a convertirse en un hombre fuerte del Partido. Se casaron con separación de bienes y ahora no soportan estar separados.
Le faltan las palabras al hablar sobre su marido y le falta el tiempo. Si no ingresa su fianza, la Audiencia Nacional embargará sus bienes y esa vida que construyó junto a su marido podría desvanecerse para siempre.
AFIRMA QUE NO TIENE EL DINERO QUE LE PIDEN