La familia del padre y la hija asesinados en Almonte en abril del 2013 han pedido una nueva autopsia para buscar más pruebas contra el que en un comienzo fue el principal sospechoso del crimen, Francisco Javier Medina, absuelto por un jurado popular.

Además, la familia también ha solicitado la inspección de una manta que se encontró sobre el cuerpo de la niña y que se haga un estudio de las huellas que se hallaron en el escenario del suceso.

"Lo sorprendente quizás, sea el enfoque", tal y como apunta Juan Cano, ya que "no se puede juzgar a alguien dos veces por el mismo delito", y Francisco Javier Medina ya fue absuelto tras pasar más de tres años en prisión preventiva.

Según ha afirmado el periodista, la Unidad Central Operativa ha asignado un nuevo equipo de trabajo, "se está revisando el caso desde el inicio por parte de un grupo de agentes diferentes a los que llevaron la inspección".

Sin signos de fuga ni robo, la puerta de casa en la que vivían Miguel Ángel y su hija María, de ocho años, estaba sin forzar. Según los vecinos, se oyeron gritos de la pequeña durante diez minutos.

Dos días después, los abuelos de la pequeña encontraron los cuerpos de ambos sin vida. María tenía 104 puñaladas, mientras que su padre tenía 47, y en la casa había pisadas e incluso las huellas de los dedos del asesino.